Katherine Johnson: La mujer que nos puso en la Luna

     El pasado 24 de febrero la magnífica Katherine Coleman Goble Johnson, dejó de existir en este mundo a los 101 años pasando a la historia como la “la mujer que llevo al hombre a la Luna”, puesto que sin sus cálculos no podía haberse logrado que el primer vuelo espacial tripulado de los Estados Unidos (Misión Apollo 11, 1969) terminase con éxito, en tal virtud. En este artículo titulado ¨Katherine Johnson: La mujer que nos puso en la Luna¨, @enengiedublog le brinda homenaje a tan distinguida científica cuya imagen reivindica el verdadero significado del Día Internacional de la Mujer.

De niña curiosa a prodigio matemático

Katherine Johnson es una mujer de luchas e hitos importantes, su figura no solo representa a la imagen de las mujeres científicas, sino también la pugna por la igualdad de derechos de la comunidad afrodescendiente norteamericana y es éste, el punto de partida de nuestro editorial, Johnson al ser una de los tres estudiantes negros elegidos para integrar las escuelas de posgrado de West Virginia fue sin duda uno de los momentos más notables de su vida.

Originaria de Virginia Occidental, nace en White Sulphur Springs el 26 de agosto de 1918, en su infancia fue muy visible su curiosidad y sobretodo sus buenos dotes académicos, a los 13 años formó parte del West Virginia State College, una institución tradicionalmente negra para aquel entonces. Ya a los 18 años alcanzó en la universidad el grado summa cum laude en las titulaciones de matemáticas y francés[1]. de la misma localidad, es decir, cursó rápidamente el pregrado de Matemáticas donde descubrió su profesor y mentor personal WW Schieffelin Claytor, el tercer afroamericano en obtener un doctorado en matemáticas[2].

Katherine Johnson: La mujer que nos puso en la Luna

Retomando aquel momento importante, en 1939, el presidente del Estado de West Virginia, el Dr. John W. Davis la seleccionó junto a otros dos hombres para que fueran los primeros estudiantes de color que se unieran a un programa de posgrado en la Universidad de West de Virginia [2]; dejando su trabajo de maestra, incursionó en su posgrado de matemáticas en dicha universidad, lastimosamente no lo culmina por iniciar una familia con su primer Esposo, James Globe.

Regresó a la enseñanza labor que parecía la cumbre máxima para cualquier mujer en la ciencia para aquel entonces y educó a sus tres hijas, su vida hasta entonces transcurría de una forma muy normal, casi desapercibida tal y como sucede con muchas grandes mentes femeninas que truncan sus sueños por múltiples asuntos familiares o por falta de apoyo y oportunidades.

La mente detrás de las misiones espaciales

Afortunadamente para Katherine, en 1952 y gracias a un familiar, se informa de las vacantes ofrecidas por Área Oeste del Comité Asesor Nacional de Aeronáutica (NACA), hoy en día NASA, para el departamento de computación, motivada por esta oportunidad y junto con su familia se trasladan a Newport News, comenzando finalmente en Langley en el verano de 1953. Pasaron exactamente dos semanas cuando su jefa, Dorothy Vaughan la asignó a un proyecto en la Rama de Cargas de Maniobra de la División de Investigación de Vuelo [2], pasando de un puesto temporal a uno permanente y es aquí donde en verdad comienza su impresionante carrera.

Katherine Johnson: La mujer nos puso en la Luna

Sus investigaciones comenzaron con el análisis de casos aéreos, pruebas de vuelo y un accidente aéreo causado por la estela turbulenta y mientras llevaba a cabo estos estudios su esposo James muere por causa de cáncer en diciembre de 1956.

El puesto que ocupaba en la NASA era el de “calculadora” y según algunos artículos, este puesto era ocupado mayoritariamente por mujeres de color dedicadas a llevar a cabo cálculos que en la actualidad requerirían el uso de múltiples ordenadores, en este grupo  resaltaban su amiga y anteriormente jefa Dorothy Vaughan y la también brillante Mary Jackson a quienes recordaremos como protagonistas la famosa película ‘Hidden Figures’, filme que en el 2016 buscó reconocer el trabajo de estas grandes matemáticas.

Azucena Martín, editora del portal web de noticias Hipertextual, a la muerte de Katherine Johnson aseguró que “Ninguna de ellas tardó en destacar en sus respectivas especialidades, aunque su condición de mujeres y afroamericanas no les hizo fácil el camino dentro de la agencia espacial. Pero finalmente pasaron a formar parte de varios proyectos de suma importancia”[1].

En 1957, y en medio de una apresurada carrera armamentista cuyo objetivo sin duda era coronar el espacio, la URSS, lanza el satélite Sputnik; hecho que impresionó de manera particular a Johnson, quien usó este evento aeroespacial en los cálculos que posteriormente la lanzaran a la gloria, previamente  desarrolló varios cálculos que los publicó en 1958 en su obra “Notas sobre la tecnología espacial” que eran básicamente un compendio de conferencias realizadas en ese año por ingenieros de la División de investigación de aviones sin piloto (no tripulados) (PARD), quienes formaron el Space Task Group.

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De esta manera y dejándose de llamar NACA, la ahora re institucionalizada NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio), pide a Katherine calcule y analice la trayectoria para la misión Freedom 7 de Alan Shepard de mayo de 1961, el primer vuelo espacial humano de Estados Unidos[2].

Previamente Johnson y el ingeniero Ted Skopisnki realizaron el estudio para la determinacion del ángulo azimutal para el posicionamiento de un satélite con respecto a una posición puntual de la Tierra, documento original que puede ser leído en: Determination of Azimuth Angle at Burnout for Placing a Satellite Over a Selected Earth Position.Éste informe presenta las ecuaciones que describen un vuelo espacial orbital en el que se especifica la posición de aterrizaje de la nave espacial. Era la primera vez que una mujer en la División de Investigación de Vuelo había recibido crédito como autora de un informe de investigación.

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Un año más tarde la NASA se preparaba para la misión de John Glenn para lo cual fue llamada Katherine Johnson, este proyecto la vuelve muy conocida y respetada dentro de la agencia, dada la complejidad del vuelo orbital que requirió la construcción de una red mundial de comunicaciones, que conectaba estaciones de rastreo en todo el mundo con computadoras IBM en Washington, Cabo Cañaveral en Florida y Bermudas [2]. Las computadoras fueron programadas bajo las directrices de Johnson quien había proporcionado las ecuaciones orbitales que controlarían la trayectoria de la cápsula en la misión Amistad 7 de Glenn desde el despegue hasta lo que se denomina como salpicadura de “aterrizaje orbital”.

En crudos términos, los astronautas terminarían poniendo su vida en manos de los cálculos proporcionados por “las calculadoras” que habían programado las computadoras o máquinas de cálculo electrónico mismas que aún sufrían fallas o apagones dada que la informática apenas empezaba sus avances. Glenn solicitó que la “niña” como era llamada Johnson sea un filtro de verificación de los cálculos realizados por los ordenadores, en efecto, Katherine evaluó cada uno de los números a través de las ecuaciones que habían sido programadas en la computadora, pero a mano, mediante el uso de una máquina de cálculo manual de escritorio, similar a una máquina de escribir, lápiz y papel.

Katherine afirmó que el uno de los astronautas, confiaba tanto en los cálculos de Johnson que dijo: «Si ella dice que son buenos», «entonces estoy listo para partir». El vuelo de Glenn fue un éxito y marcó un punto de inflexión en la competencia entre los Estados Unidos y la Unión Soviética en el espacio[2].

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Finalmente, su mayor aporte a la exploración espacial, dicho por la misma Katherine Johnson, fueron los cálculos correspondientes a la sincronización del Módulo Lunar del Proyecto Apollo con el Módulo de Comando y Servicio de Órbita Lunar. La NASA reporta  también que trabajo en el Transbordador espacial y el Satélite de Tecnología de Recursos de la Tierra (ERTS, más tarde renombrado Landsat)[2].

En su vida académica  fue autora y coautora de no menos de 26 informes de investigación de la NASA, Se retiró en 1986, después de 33 años en Langley. «Me encantó ir a trabajar todos los días», dijo. En 2015, a los 97 años, Johnson agregó otro logro extraordinario a su larga lista: el presidente Barack Obama le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor civil de Estados Unidos.

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Adiós a una leyenda

Como hemos dicho, este se trata de un homenaje póstumo ya que el pasado 24 de febrero de 2020 partió de este mundo después de haber dado 101 vueltas a la órbita terrestre. El administrador de la NASA, James Bridenstine, dijo: “Nuestra familia de la NASA está triste al enterarse de la noticia de que Katherine Johnson falleció esta mañana a los 101 años. Era una heroína estadounidense y su legado pionero nunca será olvidado”, trayectoria que buscamos revivir y mantener en la mente de nuestras muy estimadas lectoras, como una motivación en la ciencia.

Katherine Johnson es sin duda uno de los rostros de la verdadera lucha por la igualdad de género, muestra significativa de la gran capacidad de la mujer en la ciencia y motivación para las futuras generaciones, es sin duda una rompe murallas cuyo discurso atrás de los números es la mejor consigna feminista en medio de la desigualdad hoy la recordamos y celebramos este día tan especial confiados que en futuro existan muchas más mujeres brillantes capaces de llevarnos a la Luna y otros confines del Universo.

Referencias

[1]      A. Martín, “Ha muerto Katherine Johnson, la mujer que nos llevó a la Luna”, Hipertextual, 2020. [En línea]. Disponible en: https://hipertextual.com/2020/02/muere-katherine-johnson.

[2]      M. Shetterly Lee, “Biografía de Katherine Johnson”, NASA.gob, 2020. [En línea]. Disponible en: https://www.nasa.gov/content/katherine-johnson-biography.

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Alejandro Aguirre Flores
Alejandro Aguirre Flores

Hola, gracias por leer nuestro trabajo! Soy Ingeniero Agrónomo de profesión por la Universidad Central del Ecuador, pero además cuento con formación en comunicación pública de la ciencia. Soy investigador asociado del Instituto de Genética Barbara McClintock de Perú y CEO de Eñengi desde 2017, una marca registrada de nuestra empresa EÑENGI S.A.S. B.I.C., empresa ecuatoriana de beneficio e interés colectivo dedicada a la creación de cursos de educación continua en STEM y la divulgación científica, contamos con un staff multidisciplinar que día a día construyen este sitio para la comunidad latina. Este sitio ha sido creado para ti y te invito a ser parte de nosotros a través de todas las iniciativas de EÑENGI.

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