Juan Boja Vivero[1].
Justo Castillo Freire[2].
[1] Ingeniero agrónomo; profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad central del Ecuador y candidato a Magister.
[2] Ingeniero; Máster en Planificación del desarrollo socioeconómico y Magister en Docencia universitaria e investigación educativa.
AÑO: 2013
Resumen. Se pasa revista al estado actual del proceso de reproducción social de los agroproductores de tres zonas (Montufar, Gatazo Zambrano, Balzar y El Empalme) centrado en el modelo de producción “bajo contrato”; se explicita su “lógica”; y, se proponen algunas medidas, que tienen como objeto realizar ajustes a dicha relación, conducente a mejorar los resultados para el productor primario.
Categorías clave: reproducción humana; acumulación, subsunción, fetichización, sobrevivencia; agricultura bajo contrato; comercialización; empresa asociativa.
INTRODUCCIÓN.
Sobre la tópica “agricultura bajo contrato”, al interior de SIPAE, dos trabajos se tienen como referencia: 1) realizado en la Sierra central, en la provincia de Chimborazo: Gatazo Zambrano (Cando, Carlos y Román, Paola. Agricultura bajo contrato. Estudio de caso del Brócoli. Entre la empresa de productores campesinos Huertos Gatazo Zambrano HGZ, Chimborazo e IQF Agroindustrial S.A.; Quito, 2008) y, 2) en la Costa ecuatoriana: cantones Balzar y El Empalme, en Guayas (Equipos de investigación SIPAE y FMLGT. Desarrollo de la Agricultura Bajo Contrato en el norte de la provincia del Guayas: estudio de caso maicero en los cantones Balzar y Empalme; Quito, 2008); mientras que fuera de la Institución, citado en uno de ellos (estudio Gatazo Zambrano), la existencia de un “… Texto de Manuel Chiriboga y otros autores…”. Los primeros, pueden ser catalogados como de índole descriptiva referencial.
La cavilación en curso, se inscribe en el tratamiento de la cuestión “agricultura bajo contrato”; empero, la misma no replica la información expuesta en estudios previos, solamente se la actualiza y completa, según ha sido posible. Para el caso del Carchi, sí se trabaja de modo descriptivo histórico. Ahora bien, la investigación arroja tres tipos de modalidades de reinserción del segmento de productores campesinos en el circuito de reproducción del capital: Guayas con la aplicación foránea de la modalidad de extracción de excedente denominada “agricultura bajo contrato”; Chimborazo, al principio con dicho patrón, el cual luego devendrá en informal, con propensión hacia su transformación de “economía campesina” en economía empresarial asociativa (inclusiva); y, Carchi, proceso indiviso, en el que el modelo se adecua al movimiento del mercado.
En el presente trabajo, el interés puesto, es de índole, más que diagnóstico, teórico (“agricultura bajo contrato”: ¿proceso de proletarización?, ¿forma de comercialización? o ¿alternativa de financiamiento?); por tanto, se propende identificar, extraer y formular la ley específica que preside el hecho, a través de la generalización de la regularidad constante, habida en cada caso. En efecto, a nivel empresarial, su reproducción constituye eslabón del proceso de acumulación global, precedida por la condicionalidad de la “ecualización” (empresas de menor escala y de bajo grado de composición orgánica del capital, ceden excedente de trabajo social, a aquellas de mayor magnitud); para subsistir en el mercado, el empresario debe inscribirse en la carrera competitiva con calidad y precios: en las políticas de reducción del costo de producción y aseguramiento de la calidad (de las que se abstrae la variable productividad), se inserta la estrategia “agricultura bajo contrato”. Por su parte, la reproducción social precaria y simple de los agroproductores (cuyo proceso, no es fuente de desarrollo), se realiza al enmarcarse en esta coercitiva neomodalidad de acumulación (explotación).
La investigación arroja, que la modalidad de relacionamiento económico campesinos-empresarios: “agricultura bajo contrato”, no es factor de proletarización (aunque sí de mayor penetración del capitalismo en el campo, esto es, de descampesinización); por el contrario, es un proceso de antiproletarización, pues, bloquea dicha tendencia al permitir que el productor conserve los activos productivos en propiedad (para generar autotrabajo, es imperativo disponer de medios de producción); pero, no sólo eso, sino que impide también que se mantenga y se consolide el proceso de campesinización: retroceder la rueda de la historia (en realidad, la población sometida a ese régimen ni sigue como campesina ni se proletariza: se “aburguesa”; strictu sensu: se trata de un hecho indeliberado de conversión de campesinos en “emprendedores”), frena la subordinación total al poder local y promueve el establecimiento de ciertos niveles de autonomía; impulsa la modernización: la empresarialización con otra mentalidad, puesto que el nuevo sistema en ciernes vertebra a pequeños productores, que superan el individualismo. Ahora bien, asociatividad y adopción de paquetes tecnológicos tienen efectos significativos en la formación de un nuevo modelo mental-actitudinal.
En el tornasiglo, la humanidad se reproduce al interior de una sola forma económica (la globalización), proceso que ha sido formalmente cuestionado por la “visión posmoderna” de los hechos; no obstante, la tendencia es una determinación, que se impone fuera de la voluntad ética o racional-transformadora de la estructura. La conciencia sólo está en posibilidad de comprender la coyuntura e intervenir de modo simplemente regulador. En consecuencia, el presente trabajo, en coherencia, se cierra con la sugerencia de medidas paliativas del peso de la carga, que el desarrollo civilizatorio pone a la fuerza de trabajo campesina, esto es, sobre un proceder, que es expresión de los designios de la historia.
DESCRIPCION GENERAL.
Las formas de reproducción social en el sector rural del Ecuador, básicamente son dos: la agricultura empresarial y la campesina; estos procesos, expresan dinamias de producción desemejantes, contrapuestas y complementarias, debido a que constituyen racionalidades diferentes. La agroempresa, al contar con suficiente capital (tierra, instrumentos de producción, tecnología, conocimiento, información y gestión), acumula capital en forma ampliada; mientras que la agricultura familiar campesina, con poca cantidad de tierra y escaso capital constante (a su haber), asienta su reproducción en el trabajo familiar con escasa o nula posibilidad de acumular capital. Los dos tipos de agricultura coexisten y se desenvuelven según las reglas, que imponen el mercado y el sector externo.
En el sector rural ecuatoriano existen empresas agroindustriales, que necesitan de materia prima; ésta es producida directamente o comprada. Cuando la industria produce sus propios insumos, se está frente a un patrón de tipo “integración vertical”. Si la “compra” se realizar a través de la firma de un contrato previo escrito y “notariado” (y sus diversas derivaciones), en el que se fijan condiciones y estándares que tienen que ser cumplidos por el productor, precios y cantidades, se halla en operación el esquema “agricultura bajo contrato”. La empresa también (tercera modalidad) puede adquirir la materia prima en el mercado a cualquier productor sin compromiso previo (incluso al Estado, si éste ha intervenido).
En la década de los 90 del siglo pasado, con la consolidación de regímenes económicos neoconservadores, se generan nuevas experiencias (trabajo asalariado, producción para el mercado, fomentación, acopio y comercialización, ventas a futuro, cupos, agricultura bajo contrato), y surgen cultivos “no tradicionales”, que se producen “bajo contrato”. Entre los más importantes se puede citar: papa entre FRITOLAY y los productores asociados de la zona de Licto y Mulalillo; alcachofa, entre productores de la sierra e INAEXPO; leche, entre NUTRI LECHE (Cuenca) y productores de UNORLACT (Biblián); maíz, entre la empresa PRONACA y los productores de maíz de Ventanas y Baltzar; y, brócoli, entre la empresa IQF y pequeños productores campesinos Huertos Gatazo Zambrano.
El impulso a la agricultura “bajo contrato” se ha institucionalizado como política de Estado, según cobertura de promoción de la “asociatividad de productores”, “encadenamientos productivos” y “negocios inclusivos”. En efecto, el Programa Nacional de Negocios Rurales Inclusivos, PRONERI, implementado por el MAGAP, es considerado como un “programa emblemático” de la Agenda para la Transformación Productiva 2010–2013, del Consejo Sectorial de la Producción. De acuerdo a la base de datos de PRONERI, en la actualidad existen 169 organizaciones campesinas en 19 provincias, que involucran a 7912 personas (5034 hombres y 2878 mujeres), que producen y comercializan con la modalidad de la “agricultura bajo contrato” productos como: leche (bovinos y caprinos), cacao, panela granulada, cárnicos, frutales, papas, cuyes, brócoli, quinua, maracuyá, maíz, camarón, café, malanga, achote (mapa adjunto).
NUMERO Y UBICACIÓN DE ORGANIZACIONES CAMPESINAS SUJETAS AL MODELO DE “AGRICULTURA BAJO CONTRATO” POR PROVINCIAS -ECUADOR.
Pese a esta rica experiencia, el aporte teórico y la investigación sobre la temática en el Ecuador, son parciales; la deficiencia se debe a que, si bien se han realizado estudios sobre la producción de maíz, brócoli, alcachofa, arroz, papa, los mismos no han alcanzado un nivel de profundidad sobre los impactos económicos, sociales, organizativos (políticos), tecnológicos, que han generado sobre la familia campesina, vacío que no ha permitido ir al planteamiento de políticas que mejoren la calidad de vida del sector.
CONCEPTUALIZACION TEÓRICA
“Agricultura bajo contrato”: modalidad alternativa de financiamiento de la producción (al crédito tradicional privado y estatal, al informal, al accionario, a la titularización de activos), que hace que el productor directo devenga en cuasi asalariado en su finca, en su casa, movilizador de sus instrumentos de producción (trabajador-gestor del proceso productivo), creador de plusvalor, que se enajena sumergido en el fetichismo de una relación contractual formal o informal[3]. Enfoque de la Economía política: nuevo patrón de penetración del capitalismo en el campo y de “proletarización” mediatizada de la fuerza de trabajo rural;
articulación del trabajo al proceso de acumulación a escala mundial; incorporación más eficiente del trabajo agrícola de pequeños y medianos emprendimientos agrícolas al circuito del capital; estrategia de mejoramiento de los niveles de competitividad empresarial.
Mecanismo de transferencia de valor por parte de trabajadores dueños de medios de producción (que ostentan la propiedad jurídica de su “capital”), que ponen su trabajo, sus medios de producción, la toma de decisiones y la gestión parcial interna a su predio, al servicio de intereses foráneos de empresarios, en su calidad de productores de materias primas por encargo (pago por la entrega de un producto, producido en condiciones específicas); en esta nueva modalidad de “enajenación”, el sistema económico (producción, distribución, intercambio y consumo) del productor campesino, se mutila más, pues, pasa a ser tan sólo proceso: producción-entrega de la materia prima al “fomentador” empresario.
Por tanto, los agroproductores sometidos a este estilo de relaciones económicas, han sido articulados funcionalmente en el sistema más amplio de acumulación a nivel nacional y externo, en la formación de la oferta de alimentos, obteniendo a cambio la percepción de ingresos en un quantum, que los reproduce como “clase”, en condiciones de aceptable seguridad, frente al riesgo que corre este sector en el mercado, en el sistema financiero y en el natural. El proceso produce y reproduce “asalariados” empresarios campesinos, por un lado; mientras que por el otro, la condición de empresarios se perenniza e incluso este sector se inserta en el proceso de dinamia de “movilidad social”, o sea, pasa del estrato de medianos al de grandes empresarios. El proceso de conjunto contribuye con el objetivo de la política de seguridad alimentaria, más no de soberanía alimentaria, con el abastecimiento de bienes y a la estabilización de la economía.
[3]Para M. Dufumier, la agricultura bajo contrato no es solamente una forma de intercambio del agricultor y la empresa, es también una forma de proletarización de los productores. Lenin los llama: propietarios proletarios, campesinos que dejan de producir sus propios cultivos y se dedican a producir para la empresa. Arnalte los califica como proletarios a domicilio. En realidad, son procesos en transición hacia la forma empresarial asociativa.
OBJETIVO.
Generar lineamientos de política para intervenir homeostáticamente sobre los impactos, que la agricultura por contrato provoca en los sistemas de producción campesina en las zonas de estudio: cantones Balzar, Empalme, Montufar y la comunidad Gatazo-Zambrano, debido a los vínculos que establecen con las empresas agroindustriales.
PREGUNTAS GUIA.
¿Por qué ciertos campesinos asumen la relación de producción de materias primas agropecuarias según la modalidad “bajo contrato”?
¿Es una decisión racional?
¿Se trata de un proceso de proletarización o de modernización y permanencia del campesinado como productor y oferente de materia prima?
¿Es beneficiosa esta relación (producción por encargo) para la reproducción social de los agroproductores?
¿La alternativa viable para mejorar el bienestar campesino es optimizar la acción sinérgica “campesinos”, Estado y ONGs, de modo que se dé el salto de campesinos a neoempresarios (asociatividad, solidaridad, gestión de negocios)?
METODOLOGÍA.
La investigación está dirigida a establecer: 1) qué cambios se han producido desde que se implantó la modalidad de provisión de materia prima mediante establecimiento del sistema de “agricultura bajo contrato” por parte de los empresarios; 2) cómo está la situación en los tres sectores (agroempresarios, productores de materias primas según el esquema “agricultura bajo contrato” y los productores “liberales”), en cada caso estudiado: Guayas, Chimborazo y Carchi[4]; y, 3) formular medidas de intervención, para lo que se debe actualizar ciertos indicadores claves.
Tres son los componentes del “objeto” de investigación: agroproductores a contrato, empresarios y productores libres. De cada uno de éstos se cuenta y se ha procedido a levantar la información mediante la consulta a “informadores claves”, se la ha caracterizado y establecido su status, la cual se ha contrastado con la datación contenida en estudios previos. Luego se ha pasado a realizar dos tipos de análisis comparativos: 1) entre los agricultores bajo contrato y las empresas a las que se hallan vinculados “coercitivamente”, para inferir perjuicios y/o beneficios mutuos; y, 2) entre productores sometidos a contrato y los agroproductores libres, de los rubros preestablecidos, a objeto de percibir las diferencias de status[5].
[4] Se aplican la pareja de métodos de uso común en estos casos: deductivo (hipotético)-inductivo (apoyo en la teoría para producir nueva teoría: re-conocimiento de hechos particulares ya estudiados, a partir de la categorización existente.
[5] El complejo tiene dos circuitos; campo 1: el empresario encarga la producción de la materia prima al campesino; campo 2: el productor independiente vende el producto intermedio directamente, a través del productor “bajo contrato” o del intermediario al empresario.
No se abordan aspectos, que ya han sido tratados en trabajos anteriores; se pasa, más bien, a actualizar, en lo posible, tales resultados; y, a ensayar un ejercicio de comparación empírica y lógica de los tres casos (Guayas, Chimborazo, Carchi). Para el efecto, en oficina, en lo concerniente con la parte esencial, se ha procedido a procesar la información, moldeándola para someterla a interpretación con la lumbre del fundamento teórico formulado; la tarea ha conducido hacia la reformulación de la noción “agricultura bajo contrato”. El procedimiento específico ha sido la correlación lógica (análisis interreferencial cualitativo).
En la esfera propositiva, con base en los elementos del diagnóstico-pronóstico y de la idea de desarrollo conducente a intervenir sobre el estado actual, sobre todo del sector de agroproductores “bajo contrato” del segmento implicado en el estudio, se han propuesto algunos rudimentos de política, en el entorno de las intenciones enmarcadas en el Plan gubernamental del Buen Vivir.
EL ESTUDIO.
CASO GUAYAS.
a.- Sistematización del estudio:
Desarrollo de la Agricultura Bajo Contrato en el norte de la provincia del Guayas: estudio de caso maicero en los cantones Balzar y Empalme. La investigación asume tres tipos de definiciones de “agricultura bajo contrato”: la de Roy, la de la FAO y la de Dufumier[6]; dichos enfoques se concretan en la
aseveración de que la “agricultura bajo contrato” es un “… acuerdo entre partes desiguales: empresas, agencias gubernamentales o empresas individuales por una parte y agricultores económicamente más débiles por otra. Sin embargo, es un enfoque que contribuye a aumentar los ingresos de los agricultores y a generar mayor estabilidad para los patrocinadores (o empresas)”[7]. Establece cinco modelos de “agricultura bajo contrato”, “… dependiendo del producto, los recursos de que disponga el patrocinador y la intensidad de las relaciones necesarias entre el agricultor y el patrocinador…”[8]: centralizado, de finca núcleo, multipartito, informal e intermedio.
En el sector de estudio encuentran varios tipos de “maiceros”: autónomos, bajo modalidad centralizada, intermedia, diversificados y dependientes. En la Zona, en concreto, se han identificado dos modalidades de “agricultura bajo contrato”: intermedio (relación productor-intermediario-empresa) y centralizado (relación empresa-productor)[9]. La razón de ingresar en dichas modalidades: la necesidad de disponer de crédito para adquirir materia prima, insumos e instrumentos de labranza y poder emprender en la producción, conduce a la búsqueda de financiamiento. Como efecto se evidencian procesos de descampesinización y problemas ambientales por el monocultivo y el uso de agroquímicos. Se sugiere como alternativa la intervención del Estado.
[6]Equipos de investigación SIPAE y FMLGT. Desarrollo de la Agricultura Bajo Contrato en el norte de la provincia del Guayas: estudio de caso maicero en los cantones Balzar y Empalme; Quito, 2008, p 3.
[7]Idem.
[8]Idem.
[9] Según la percepción de este trabajo, únicamente esta última puede ser caracterizada como modelo de “agricultura bajo contrato”, mientras que la forma anterior, es sólo expresión modificada de la clásica institución de la comercialización.
b.- Reflexión.
Son los sitios en los que, en el País, se han aplicado y se mantienen verdaderos modelos de “agricultura bajo contrato” –“venta a futuro” del “conmoditie” maíz- (en los que se incluye seguro agrícola). Se advierte también, por su dinamismo, por la importancia del maíz como componente de nuevos productos intermedios (balanceados), de los subsiguientes procesos de transformación y de los productos finales a los que dan lugar (producción avícola, porcina, piscícola,…), conflictos de mercado: acaparamiento, fijación de precios, de presiones, confrontaciones, etc. En esta Zona el pago del crédito es en producto. El productor entrega en producto el valor del crédito; el resto le queda a él, o sea, salarios, valor de la tierra, de aperos de labranza y depreciación, la gestión, el riesgo. Por lo que, cuando se recibe un crédito y se lo sirve en producto, el capital financiero opera, mas no el comercial.
CONDICIONES DE CREDITO EN LA ZONA (Por Ha.).
PRESTAMISTA | MONTO $ | PLAZO | TASA INTERES | GARANTÍA |
PRONACA | 1600 | 3 meses | 10,5% | Letra de camb. |
INTERMEDIARIO | 1600 | 3 meses | 12,0% | Letra de camb. |
BNF | 1600 | 3 meses | 2,8% | Escritura |
Elaboración: los autores.
Fecha: noviembre del 2013.
La intervención del Estado (BNF), en el sistema de mercado de crédito, en el que se basa la “agricultura bajo contrato”, al ofrecer mejores condiciones de crédito según como está concebido el programa y el objetivo que persigue dicha política (llegar a los pequeños productores –crédito 5,5,5-, ofrecer liquidez para la producción y sobreponerse al movimiento financiero “natural”), paradójicamente altera dicho
mercado: realiza competencia artificial, subsidia y descompone un proceso que se halla acomodado al éxito rentable del negocio empresarial (la participación del Estado, en este caso, con pretender apoyar al productor, lo que hace es abaratar costos; beneficio el cual, finalmente le coopta el empresario).
c.- La situación actual.
A partir de la implementación de la modalidad “agricultura bajo contrato” y de los cambios que el sistema trajo aparejados en la zona en examen[10], el esquema se ha estabilizado, para luego expresar síntomas de agotamiento. En realidad, pese a que la demanda del maíz se ha diversificado, las condiciones de entrega y/o venta han variado en forma peyorativa para el productor: el proceso se ha ido informalizando; los precios/salarios se han mantenido; PRONACA sobre todo, no cumple con la recepción de volúmenes pautados; el producto no realizado, es adquirido por el intermediario a precios bajos y vendido al propio PRONACA con margen de utilidad, el cual podría llegar al productor de eliminarse este canal innecesario[11]. En el cuadro adjunto se puede entrever, que la producción por ha. ha experimentado un incremento del 25% (de 120qq. a 150 por ha.); el cual es significativo, puesto que la producción se viene realizando en terrenos que han venido agotando paulatinamente su capacidad agroecológica; y, el mismo se debe a la aplicación de paquetes tecnológicos mejorados (incremento del nivel de productividad del trabajo), a la especialización y a la optimización del sistema de gestión llevado bajo tutela empresarial. El resto de valores, si bien en términos nominales han variado de forma incremental, a precios reales, se advierte que la situación no ha variado.
COSTOS/INGRESOS; PRODUCC. DE MAÍZ: COMIENZO DEL PROGRAMA Y A LA FECHA. | |||||
Año | Producción | Costo | Precio de entrega | Utilidad | Ingreso total |
2008 | 120 qq/.ha | 7.55 $/qq. | 11.1 $/qq. | 3.55 $/qq | 426 $ |
1013 | 150 qq/ha | 10.5$/qq. | 15.5 $/qq. | 5.0 $/qq | 750 $ |
Elaboración: los autores.
Fecha: noviembre del 2013
En efecto, en la referencia numérica precedente, se advierte que, en términos de valor constante (cifras deflactadas por el índice de inflación promedio para el período), el monto de ingresos, no ha variado; la relativa estabilidad se debe al efecto de la circulación de una moneda dura: el dólar estadounidense. Los ingresos que perciben los agroproductores se generan (entre los que poseen tierra) en el único ciclo de producción anual, el cual dura tres meses; los mismos deben servir para sustentar la vida de la familia campesina durante todo el año. Mediante entrevista a los dirigentes de las algunas asociaciones[11], se ha obtenido la información para concluir, que un agroproductor promedio (10 Ha.) obtiene un ingreso bruto por trabajo como productor “bajo contrato” de maíz de alrededor de 4.500$.
[10] Algunos de estos cambios fueron: los productores tuvieron acceso a fuentes de financiamiento, se transfirió tecnología, se fomentó y estabilizó la producción, ingresaron los criterios de calidad y se elevaron los niveles de productividad, se accedió al seguro agrícola, mejoró la conciencia y la asociatividad, en un sector en el que han carecido de importancia las formas campesinas andinas, precapitalistas de reproducción.
[11] El mecanismo de compra y fijación del precio es una mascarada para tapar la evidencia a través de la cual el empresario saca provecho de la relación contractual “producción por encargo” (de hecho, a mediados de noviembre del 2013, PRONACA ha realizado un evento de promoción de su presencia por más de 50 años en Ecuador, en el que su vocería relieva su gestión en favor de pequeños y medianos productores de maíz: se resalta el crédito, el precio, la adquisición del producto, la capacitación y el incremento de la producción; la oportunidad dada al País de producir un bien, que se venía importando).
Esta específica forma de extracción de excedente de trabajo familiar, para su caracterización exige imponer una nueva modalidad o una forma propia de cálculo: 1) al ingreso total (una producción trimestral de maíz, lo cual quiere decir, que solamente trabajan los tres meses de invierno) se le debe restar el crédito (valor de semillas, insumos, del paquete tecnológico y otros); 2) este saldo equivale a la remuneración al “capital” (seudo valorización del valor) en propiedad del campesino (tierra y aperos de labranza) y a su trabajo; 3) a este guarismo se le debe restar el capital constante, su remanente es el capital variable, esto es, el “salario” anual del campesino (tipo sui generis de salario); y, 3) se obtiene el ingreso con el cual el campesino financia un año de sobrevivencia familiar. La citada remuneración al autotrabajo, no es suficiente para atender la canasta familiar básica anual, por lo que el agroproductor en referencia se ve obligado a completar sus ingresos a través de la realización de otras actividades como la venta temporal de fuerza de trabajo, la producción de animales menores y de otros cultivos de secano[13].
[12] Asociación San Vicente, Asociación de trabajadores agrícolas autónomas “El Topadero” y Asociación Agropecuaria San Pedro.
[13] En valores: 10 Ha. (predio medio) * 150 qq/Ha. = 1500 qq; 1500 qq * 15,50 $ (precio unitario) = 23250 $ (valor bruto del único ciclo de producción anual); 23500 $ – 15525 $ (servicio del crédito) = 7730 $; 7730 – 2000 (200 $/año por arriendo de 1 Ha. de tierra * 10 Ha.) – 100 $ (depreciación de activos productivos) = 4530 $ (Y anual); 4530/12 = 337$ mensual o salario.
En la zona, se registra la presencia del Estado, desde hace un lustro aproximadamente, en la adquisición del maíz; puede considerarse esta intervención adecuada para garantizar la realización de la producción “excedentaria” del bien, o en cuanto regulador de precios (fluctuación mediante bandas según calidad) y estabilizador general del mercado. Por otra parte, el Estado ha procedido a determinar un precio para los productores, a través del Comité Técnico del Maíz, con lo cual ha sustentado precios adecuados para el agroproductor; esta política, que ha diezmado el control de las empresas sobre el mercado, ha conducido a que éstas apliquen mecanismos de respuesta (racional espectatives), que reducen la efectividad de las medidas institucionales, tales como: incumplir con los acuerdos escritos y verbales en cuanto a volúmenes, a realizar negocios con los insumos y agroquímicos y a mediatizar al productor permitiendo la intervención innecesaria de intermediarios.
Como fenómeno positivo se puede colegir, que las diversas modalidades contractuales de producción, entrega o venta del maíz, así como la presencia del Estado
en la oferta de crédito, en la adquisición del producto y en la fijación de precios al productor, han hecho que el productor conserve la propiedad de su predio, esto es, que no se proletarice; pero, sobre todo, que mantenga la propiedad de su fundo, no solamente como medio de producción, sino como seguro de vida. Además, los programas de transferencia de tecnología, de capacitación, asistencia técnica y monitoreo, han trasladado la experiencia al agroproductor incrementando su know-how, junto con la inquietud por dar el salto de simple productores “extractivistas” de materia prima, hacia actores en la cadena completa[1]. No obstante, se evidencia la persistencia y profundización de los procesos de descampesinización, así como los problemas agrológicos y ambientales, por el monocultivo y el uso de agroquímicos.
CASO GATAZO-ZAMBRANO.
a.- Sistematización del estudio: Agricultura bajo contrato. Estudio de caso del Brócoli. Entre la empresa de productores campesinos Huertos Gatazo Zambrano HGZ, Chimborazo e IQF Agroindustrial S.A.
Concepto eje: “agricultura bajo contrato” “… situación intermedia entre la coordinación provista en los mercados por vía de los precios (la mano invisible del mercado) y la integración vertical en que las empresas se aseguran el abastecimiento, produciendo ellas mismas”[15].
Considera que la “agricultura bajo contrato” es una modalidad de desarrollo de la agricultura campesina[16]. Pretende contribuir al debate teórico y a la solución de la problemática agraria del Ecuador. La razones de su implantación se debe –según el estudio- a la operación de “… variables de mercado: especificidad de los activos (posibilidad de uso de recursos), incertidumbre (oferta-consumo-calidad), y frecuencia de las transacciones (acuerdos). Además de las variables mencionadas están los costos de transacción. Mientras más se puedan reducir estos costos, más atractivos serán los contratos entre productores y empresas”; así como al efecto globalización[17].
El modelo en el que inscriben este caso, es el “centralizado” y completo[18]. Los costos de producción son: 0.18 $/Kg. de brócoli; el precio de entrega: 0.24$/Kg. y, la “utilidad”[19] es 0.06$/Kg; por tanto, por ha., con una producción de 11000Kg, el ingreso neto es de 660$, que multiplicado por tres ciclos anules, arroja un valor de 1980 (lo cual implica un ingreso mensual de 165$). El estudio afirma, incluso adjunta un cuadro, que la utilidad se distribuye entre productores y empresarios. Plantea que el esquema de “agricultura bajo contrato” ha provocado algunas “modificaciones”: sociales (organización y relaciones de poder: empoderamiento;
[14] “Extractivismo”, término concebido, no como uso depredador de recursos naturales con fines de acumulación particular, sino como la “lógica” de comportamiento de todo organismo vivo que como sistema se relaciona con su sistema mayor, del cual toma elementos y envía de vuelta a él, otros. relacionamiento comunitario: sinergia entre productores y empresarios, desborde extrazonal; participación familiar: incremento de asociados; desarrollo comunitario e ingresos económicos: proyectos de beneficio comunitario, mejoramiento de retornos y de la calidad de vida; migración: el índice se ha mantenido; diferenciación campesina: se evidencia; relaciones de género: mayor valoración de la mujer; identidad y cultura: se han visto afectadas; soberanía y seguridad alimentaria: se han debilitado; incidencia política en el desarrollo económico local: dinamización en inducción a la presencia de entidades estatales); espaciales: organización de la producción, ampliación de la zona de cultivo, desplazamiento de cultivos de subsistencia, uso del agua: uso colectivo; ambientales: desgaste de la fertilidad del suelo, contaminación del agua, aparecimiento de enfermedades, deforestación, carretera (facilidades y foco de contaminación paralelo).
[15] Manuel Chiriboga, citado por Cando y Román; en: Cando, Carlos y Román, Paola. Agricultura bajo contrato. Estudio de caso del Brócoli. Entre la empresa de productores campesinos Huertos Gatazo Zambrano HGZ, Chimborazo e IQF Agroindustrial S.A.; Quito, 2008, p 6.
[16]Cando, Carlos y Román, Paola. Agricultura bajo contrato. Estudio de caso del Brócoli. Entre la empresa de productores campesinos Huertos Gatazo Zambrano HGZ, Chimborazo e IQF Agroindustrial S.A.; Quito, 2008.
[17]Idem.
[18] Según el supuesto asumido en el presente trabajo, o sea, que el contrato es formal y de aplicación completa.
[19] Strictu sensu, no se trata de “utilidad”, puesto que, en sentido clásico, la utilidad es el excedente, efecto de la deducción de los costos, de los ingresos; y, lo que el productor recibe es la remuneración al factor “trabajo” y a otras inversiones (que no son todas, puesto que por ejemplo en la estructura de costos no se incluye el costo alícuota del terreno).
Conclusiones: se superó la inseguridad de mercado; se indujo la intervención de entidades públicas y privadas; subsisten demoras en los pagos; se subsidia a la empresa; es vista la modalidad “agricultura bajo contrato” como una estrategia de la gran empresa para reducir costos y riesgos, toma de conciencia que ha planteado la inquietud de entrar a actuar en la “lógica de la empresa”; que la asociatividad es funcional a la empresa, que esta debe pasar a status de “sujeto social”.
b.- Reflexión.
No se da una definición clara de “agricultura bajo contrato”. El trabajo afirma, que en el proceso ocurre “distribución de utilidades”; empero, se insiste: dicho suceso no se produce, puesto que tal distribución es un mecanismo endógeno a la empresa, cuando ésta ha remunerado a todos los factores, ha imputado un porcentaje de utilidad y del remanente que queda se hace una nueva repartición; hecho que no tiene lugar en el caso, puesto que los productores no forman parte del negocio empresarial (no son “clientes internos”); por otra parte, el productor no es socio, accionista o detentador de otros papeles fiduciarios dentro de la cadena, para que tenga derecho a participar en la repartición de la utilidad.
c.- La situación actual.
En la Corporación Gatazo-Zambrano la quiebra e incumplimiento de pago por parte de la empresa AGROFRIO y EQF, generó una fractura en la Organización; ésta, quedó descapitalizada (160000$); para solventar compromisos financieros previos, la Entidad debió realizar activos corporativos. Este fenómeno condujo a la crisis del modelo típico de “agricultura bajo contrato”, el cual llegó a término. Los agroproductores de manera informal han dado continuidad a la economía de producción de brócoli y zanahoria, pero según las reglas comunes del mercado: los agricultores, de trabajadores se han metamorfoseado en “empresarios” productores de brócoli, bien que lo venden a las comercializadoras, según condiciones de montos y calidad prefijados y a precios que todavía subsidian a las empresas realizadoras del producto, puesto que su cálculo económico aún deja de lado ciertos rubros. Los costos actuales de producción son: 0.22 $/Kg. de brócoli; el precio de entrega: 0.28 $/Kg. y, la “utilidad” es 0.06 $/Kg; por tanto, por ha., con una producción de 13950 Kg, el ingreso neto es de 837 $, que multiplicado por tres ciclos anules, arroja un valor de 2511. Si este valor se divide para 12, se obtiene una mensualidad de 209.25$; ahora bien, en tal cifra se halla incluida la remuneración al capital constante, la depreciación de activos productivos y otros costos; lo cual conduce a concluir, que una familia tipo subiste con menos de ese valor por mes. Por otra parte, la formalidad contractual se ha debilitado; quiere decir, que las cláusulas se respetan menos por parte del actor hegemónico: el empresarial. Los “asalariados” (sic) se hallan en transición
hacia empresarios: productores asociados por propia cuenta. Los campesinos desean sortear la operación de la ley (subsunción mediatizada al proceso de reproducción empresarial), no eliminarla. De todas maneras, la dependencia de la organización se está reduciendo.
En el mercado de brócoli, tanto en el interno como en el foráneo, se produce una especie de “trampa de la liquidez”: la demanda es perfectamente elástica, pero dicha característica no se refleja en el precio (el precio es fijo en el mercado externo –Europa, Japón-, sin embargo de que es posible colocar en él mayor cantidad de producto); la razón debe encontrarse en la existencia de sucedáneos o en la indiferencia del consumidor. El esquema de “agricultura bajo contrato” ha mantenido y profundizado las “modificaciones” positivas sociales (incremento de ingresos, organización y empoderamiento, desarrollo comunitario, identidad y cultura, valoración de la mujer) y espaciales (organización de la producción, ampliación de la frontera, uso colectivo del agua) a que diera lugar en la primera etapa (de arranque, consolidación e inicio de su agotamiento, puesto que la filosófica de la libertad e individualidad ha reaccionado frente a la tendencia unionista observada por los pequeños productores). Pero, en el orden ambiental también ha persistido el problema concerniente al desgaste de la fertilidad del suelo, la contaminación del agua, el aparecimiento de enfermedades, la deforestación; paralelamente, la ampliación de la red vial ha creado condiciones de facilidad para la penetración de actividades exógenas al sector y a la contaminación.
CASO CARCHI.
El principal sujeto social, agente colectivo de gestión del desarrollo de la Zona en examen, es la Asociación “San Francisco de la Línea Roja”; la misma se halla ubicada en la provincia del Carchi, en el cantón Montufar, parroquia Pindal. La población de este sector es prioritariamente blanco-mestiza; la cual asciende a 600 Hab.; ésta, es mayoritariamente madura, puesto que la joven ha salido a estudiar o ha inmigrado definitivamente. Las principales actividades económicas son la producción de papas, de leche y carne, de ganado porcino y de animales menores (cuyes y aves de corral): papas, leche y ganado de carne, para el mercado y, el resto, para el autoconsumo.
DISTRIBUCIÓN DE LA IMPORTANCIA DE LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS AL INTERIOR DEL SISTEMA, Y FUENTES Y COMPOSICIÓN DEL INGRESO POR RUBROS PRODUCTIVOS, PARROQUIA PINDAL, CANTON MONTUFAR, PROVINCIA DEL CARCHI.
El tamaño de los predios familiares, en promedio, oscila entre las 5 Ha.; media que oculta la realidad de la desigual distribución de la tierra: algunos campesinos poseen propiedades de 20 Ha. y más, mientras que otros carecen totalmente de tierra;
este último sector, que no es significativo, se reproduce como jornaleros, productores “al partir” o en colaboración mediante el sistema de “prestamanos”. La población es prioritariamente pobre, si el racero de comparación, es el parámetro de satisfacción de las necesidades básicas del sector urbano, que en el País se asimila al valor de la “canasta básica familiar” (600$). Las principales fuentes de ingresos son la producción de leche (la que más liquidez sostenida provee), de papas y el engorde y venta de chanchos (Gráfico precedente: A); mientras que el peso e importancia de las subramas de actividad en el proceso reproductivo se muestra en el gráfico citado (B). El ingreso medio (considerándose una superficie promedia de 5 Ha. y el sistema de ingresos en conjunto) es de 350$, para una familia tipo de 6 miembros, de los cuales: dos son personas activas (que trabajan).
En esta Zona, ha prevalecido el proceso tradicional de comercialización: los productores han realizado su producción de leche, mediante intervención del intermediario acopiador; mientras que los transformadores en producto final, se han provisto de la misma, en el mercado. La relación oferta-demanda es de tipo “mercado perfecto-oligopsonio”, esto es, la oferta está integrada por muchos pequeños productores enclavados, que abastecen de leche a pocas empresas agroindustriales. Contrariamente a lo que ocurre en otras zonas del País[21] y en el mundo[22], la iniciativa de establecer nexos institucionales, que aseguren la colocación del producto para los productores y el flujo de materias primas para el empresario transformador, no ha sido tomada por este último, sino por los productores de leche. Este hecho, ha conducido al establecimiento de un cuasi acuerdo formal entre las partes, de tipo “agricultura bajo contrato”.
En efecto, una vez creada la Asociación de Productores “San Francisco de la Línea Roja” en mayo del año 2000, las dificultades experimentadas en la comercialización de leche, condujeron forzosamente a tomar la decisión de incorporar “valor agregado” (procesos de transformación) a la misma, mediante la producción de quesos en el citado año[23]. En el 2005, al entrar en crisis este programa de producción, la Asociación decide ponerse en contacto con la empresa FLORALP, con la cual se establece un acuerdo verbal mediante el que la Empresa se compromete a adquirir leche en una cuantía determinada por la capacidad diaria de una población fija (25 socios y 75 productores integrados) y de un tamaño individual de tres unidades bobinas, esto es, de aproximadamente 36 litros/día. Se establecen parámetros de calidad, precios, sitios de entrega, penalizaciones, formas de pago y otros acuerdos en materia de fomento productivo.
El principal compromiso de impulso a la producción de leche, viene dado por la ubicación de fondos financieros por parte del Banco Interamericano, el cual provee de los mismos a FLORALP, de maneta que esta empresa cree un programa de crédito con un techo individual de 2000$, para que los productores adquieran bovinos (aproximadamente una unidad); FLORALP entrega los fondos a la Asociación, ésta la distribuía a los socios; las condiciones de pago fueron a un año, a tasas de interés del 12%, mientras que como “colateral” se aceptaba la obligación de los asociados como institución, la que debía absorber cualquier riesgo e incumplimiento. El programa de crédito, posteriormente se extendió para la adquisición de activos productivos.
[21] En Gatazo el comerciante introdujo la modalidad, bajo efecto del boom de brócoli, por ejemplo.
[22] En Bolivia la empresa instituyó el sistema, verbi gracia.
[23] Entrevista con el señor Washington Cerón, presidente de la Asociación “San Francisco de la Línea Roja”; primero de octubre del 2013.
Puesto que la producción de leche es la fuente principal de ingresos del sector, la población, a través de su organización, ha concentrado su interés productivo, administrativo, tecnológico, en este rubro para asociados y no asociados; no así los empresarios, puesto que para ellos, por la cantidad, por las dificultades de acopio (pequeña producción dispersa) y debido a la presencia de ciertas fricciones en los estándares de calidad, esta fuente flujo de materia prima, no es primordial (según testimonio de los entrevistados: “si se suspende estas entregas, las empresas muy bien se abastecen de otras fuentes”). De similar modo, cuando se han presentado dificultades de colocación del producto, los “ganaderos” si han contado con compradores alternativos (pues, forman parte de QUESINOR). Empero, la presencia de la empresa FLORALP en la Zona, ha creado niveles aceptables de estabilidad y dinamismo en los productores y en la principal actividad de ingresos: la producción de leche.
No obstante, el eje promotor del desarrollo zonal ha provenido de la iniciativa y acción de la organización “San Francisco de la Línea Roja”. Esta se viene preocupando del bienestar colectivo de sus asociados; en sus planes han puesto la monta en la producción y comercialización de leche. Sobre el último proceso (la comercialización), la Asociación acopia la lecha, la negocia y paga quincenalmente a los productores, de modo independiente al ingreso que recibe de Floral, puesto que cuenta con un fondo líquido, parte del presupuesto de la Organización (formada por 4 centavos de dólar, que se debita del valor de cada litro de leche entregado por socios y no socios). La Asociación, no solamente que recibe producto de los asociados, sino también de los no asociados. El impacto de esta forma institucionalizada de comercialización de leche (acuerdo informal de producción “bajo contrato”), ha sido positivo tanto para el productor asociado como para el liberal. Se ha ordenado la producción, se ha incorporado tecnología, se ha incrementado la producción y mejorado la calidad; se ha estabilizado psicológicamente a la población, se ha elevado la conciencia sobre los hechos; todo lo cual ha introducido y afirmado los valores de la seriedad y responsabilidad, la participación en la toma de decisiones endógenas.
En materia agrológica y ambiental, en la zona, la presión poblacional sobre el recurso tierra (minifundios que se atomizan todavía más por razones generacionales), los procesos devaluatorios y de transferencia de riqueza social del sector rural al urbano, así como el monocultivo y la consecuente especialización como prácticas productivas llevadas a cabo en terrenos de topografía irregular y de pronunciada pendiente, han provocado deterioro ambiental, depreciación paulatina del recurso tierra. En el sector no se toman medidas de recuperación de la capacidad agrológica, tampoco en el paquete tecnológico que se aplica por sugerencia de la empresa que adquiere la materia prima leche, se incluyen medidas en ese sentido.
Análisis comparado entre zonas: Guayas, Chimborazo, Carchi.
El proceso es más desordenado en la producción y venta de leche en Carchi; en brócoli, es parcialmente formal, institucionalizado y observado; y, en maíz (Guayas) es el más serio, formal y riguroso. En los tres casos el sistema “agricultura bajo contrato” ha incidido de modo positivo en tres dimensiones: 1) mejorando los ingresos (economía) en relación con la situación anterior; 2) promoviendo la organización (política); 3) en la formación de un nuevo tipo de subjetividad (conciencia); y, 4) en las maneras de hacer las cosas (tecnología). Empero, si se necesita de crédito permanente, quiere decir que el “salario” recibido no permite el ahorro o que el “excedente” está siendo malversado. En todos los casos se producen procesos de “descapitalización” de los agroproductores, puesto que la tierra se deprecia al sostener permanente extracción de principios nutricionales del monocultivo, que no se reponen o que se los hace parcialmente (en el evento de Gatazo Zambrano, se dice superar este problema mediante la política de rotación de cultivos); al perder valor sus aperos de labranza[24]; y, por razones de intercambio desigual.
En la zona de Guayas, variadas formas de producción y de abastecimiento de materia prima (de subsistencia para el caso del agricultor pequeño) subsisten de manera combinada; entre todas, resalta la modalidad “agricultura bajo contrato”, esta vez devenida de su forma original a acuerdo verbal; el proceso evolutivo dado, hace que el producto vuelva a producirse de modo autónomo y que adquieran preeminencia los procesos de intercambio comercial según el patrón común, con lo cual los conflictos propios de la transacción y la trasferencia de valor asociado, persistan y se complejicen. En el caso de Chimborazo, problemas a afrontar son el precio, el relacionado con el sitio de consumo, el manejo y traslado del producto; en efecto, la demanda de consumo de brócoli es alta, tanto a nivel nacional como internacional (Europa, Japón, China), sin embargo está “indicación” no puede convertirse en estímulo productivo, puesto que no se refleja en el precio; el lugar de consumo es muy distante (siendo el más inmediato la ciudad de Guayaquil), hecho que pone límites al proceso. El Carchi, al hallarse ausente la típica modalidad “agricultura bajo contrato”, los acuerdos se llevan a cabo de modo verbal y ocurren en función de los vaivenes del mercado.
Análisis comparado entre actores.
Productor libre.
En los tres casos (con mayor peso en el de Carchi, debido a que en dicho sector no existe “agricultura bajo contrato” strictu sensu), el productor independiente, al no ser parte de cualquier tipo de asociación y/o contrato (al no hacer uso de estas “palancas de desarrollo”), y al actuar como productor y oferente individual, aislado del producto, se reproduce en inferiores condiciones que sus congéneres que se hallan integrados y operando en el marco de relaciones contractuales. En efecto, el agricultor independiente se perjudica en la medida en que los empresarios dan prioridad los contractados, viéndose obligados a ofrecer el maíz a los intermediarios a precios bajos. Tampoco pueden acceder a créditos (los cuales de todos modos, sean estatales o empresariales, son “más” ventajosos), no tiene asegurado el “mercado” para parte o la totalidad de su producto, en casos en los que existe seguro de riesgo no están amparados por dicha política, se hallan sometidos a la volatilidad de los precios en el mercado y a la venta de sus conmodities a precios generalmente bajos, no tienen acceso directo a los paquetes tecnológicos, a calidad y productividad, y no se benefician de las bondades de la organización, que eleva la conciencia e induce a pensar en ser empresarios, como sí ocurre en los productores que se los analiza a continuación.
Productor sujeto a la modalidad “bajo contrato”.
Esta forma estratégica de paso de determinados costos de producción del empresario al productor, en condiciones de funcionamiento capitalista de la vida de los agroproductores, produce efectos positivos en ellos: se mantienen como pequeños propietarios, generan autoempleo, aceden a crédito, a tecnología, aseguran mercado para parte de su producto, superan ciertos niveles de riesgo estacional y climático, su esfuerzo se expresa en mejoramiento de los niveles de productividad, utilizan la palanca de la organización, se desarrolla la subjetividad, todo lo cual desemboca en la formulación de una nueva “visión” para su vida: llegar a ser empresarios colectivos[25].
[24] Por lo general, estos dos rubros no se tienen en cuenta a la hora de calcular el costo de producción.
[25] La economía campesina es salarial y doméstica; la producción “bajo contrato”, por su naturaleza, tiende a convertirla en empresarial-doméstica-colectiva: este tipo de movilidad económica rompe la tendencia principal a la pauperización.
Los empresarios.
En un principio, ciertos empresarios (PRONACA, por ejemplo) producían la materia prima; por razones de costos, riesgos y especialización, dejaron de hacerlo, permitiendo el ingreso de los agroproductores en la cadena. Perentoriamente su estrategia ha dado resultado: traslado de ciertos costos (ineficiencia, falta de competitividad) a los agroproductores de los rublos en cuestión (maíz, brócoli y leche), mejorando su posición competitiva en el mercado y alcanzado elevados retornos. En concreto, el empresario ha conseguido: 1) reducir costos de producción y garantizar estándares de calidad, con lo cual ha mejorado su posición competitiva en el mercado; 2) eliminar riesgos sobre todo de carácter estacional; 3) sustentar flujo constante de materia prima; y ,4) disciplinar, legitimar su presencia y mantener su hegemonía.
En la zona de Guayas (producción de maíz), la comercialización es el “cuello de botella”, sobre todo por cuanto por estrategia y razones económicas, opera un acuerdo colusorio entre empresarios e intermediarios en contra de los productores: el sistema no denota la necesidad del comerciante, sin embargo los empresarios adquieren la producción “acordada”: parte al productor, parte al intermediario, el cual adquirió el producto al productor, creándose un canal innecesario, con lo cual se desvían valores que pueden ser captados por el productor. La evolución del proceso para las distintas modalidades de “agricultura bajo contrato” y los empresarios, se registra en cuadro adjunto.
ZONA VARIABLE | GUAYAS (Maíz) | CHIMBOR. (Brócoli) | CARCHI (Leche) | |||
Antes | Hoy | Antes | Hoy | Antes | Hoy | |
CONTRATO | Escrito | Verbal | Escrito | Escrito | Verbal | Verbal |
EXCLUSIVIDAD | Si | Si | No | No | Si | Si |
FINANCIAMIENT. | Crédito en insumos | No | No | No | No | No |
ESTANDARES | Humedad y pureza | Humedad y pureza | Compactac. de la pella y sanidad | Compactac. de la pella y sanidad | Sanidad, contenid. de grasa y proteína | Sanidad, contenid. de grasa y proteína |
PLAZO DE PAGO | 15 días | 15 días | 15 días | 15 días | 15 días | 15 días |
RESOL. CONFLIC. | Extrajud. | Extrajud. | Extrajud. | Extrajud. | Extrajud. | Extrajud |
CONDIC. AMBIENTALES | Afectac. | Mayor afectac. | Afectación | Remediación | Afectac. | Afectac. |
PRECIO | 11.1$/qq. | 15.5/qq. | 0.24$/kg. | 0.28$/kg. | 0.28$/lit. | 0.36$/lt. |
EVOLUC. DE LA RELAC. COMERC. | Supresión | Restaur. regresiva | Supresión parcial | Restitución | Libre mercado | Libre mercado |
En la reflexión se parte del antecedente, que las condiciones iniciales no se han modificado para el conjunto de campesinos. Para el caso Guayas, el acuerdo formal se ha vuelto obsoleto, pasando a ser simplemente verbal y, como tal: materia de incumplimiento (el empresario traslada externalidades de precios a los costos –pues, el capitalista no puede internalizar elevación de precios-; al ingreso del productor, en cambio, se indexan parcialmente incrementos de costos de reproducción familiar). Entre los productores individuales libres, tanto de Guayas como de Chimborazo y Carchi, el proceso de comercialización del producto, debido a razones de volumen, ubicación del predio e incluso de calidad, persiste como dificultad; razones por las que se hallan a merced del intermediario.
En el frente de productores sometidos a trabajo bajo acuerdo, a su vez la comercialización es una fricción, puesto que la parte del producto que no absorben las empresas debe ingresar al circuito del mercado. En el proceso, los costos de transacción se han ajustado a los índices devaluatorios, esto es: a la pérdida del valor del dólar de cara a los bienes reales (y a la especulación). Para el caso de maíz, la inversión por qq. movilizado por parte del intermediario es de 13.5$, mientras que su ingreso neto es de 1$. En el año 2006, la inversión por qq. fue de 6.6$, y el ingreso neto de 0.40$, significando un incremento de 0.60$ con relación a la situación previa al acuerdo. En brócoli, la utilidad neta actual para el intermediario es de 10$/TM, cuyo incremento es de 6.5$/TM. Y, para leche, la situación es similar: el intermediario obtiene un ingreso neto de 0.02$/lit.; en el año 2007 el ingreso fue de 0.01$/lit. De lo cual se sigue, que la relación comercial ha evolucionado favorablemente para el intermediario. Al experimentar prematuro agotamiento el modelo de típico de “agricultura bajo contrato” (sobre todo por las decisiones móviles que se ve obligado a asumir el empresario para adecuarse a las condiciones cambiantes del mercado), el proceso de comercialización ha retomado su rol fundamental en el sistema económico sectorial; se han incrementado los márgenes de comercialización, lo cual hace necesario plantear medidas que reestructuren la cadena, de manera que el costo de transacción y el proceso de comercialización mismo, se conviertan en variables de retroalimentación positiva para el productor (internalización de utilidades).
La “lógica” del proceso.
A partir de la perspectiva del frente empresarial (sector determinante), existen tres modalidades de abastecimiento de materia prima para el sector agroindustrial: a) en el mercado, 2) producción propia y 3) encargar la producción a terceros, según parámetros específicos (agricultura bajo contrato). La última modalidad, cronológicamente surge como una opción alternativa, sobre todo a la segunda (el empresario se ahorra verse envuelto en la situación enojosa de producir el mismo en sus predios, con su capital y en frente del proceso como gestor de la producción de la materia prima insumo para su actividad industrial o comercializadora; como efecto, reduce costos, evita riesgos, garantiza calidad y consigue dotación permanente de materia prima).
La “agricultura bajo contrato” se produce mediante acuerdo entre las partes, considerado de “mutuo beneficio”. Para los empresarios agroproductores y/o comercializadores –como se ha dicho en párrafo precedente-, implica dotarse de flujo regular de materia prima en condiciones dadas, simplificar la cadena productiva (absorber los márgenes de transacción): especializarse y elevar el nivel de productividad, así como reducir costos y garantizar la calidad. Para los productores, asegurar trabajo, capear fricciones de estacionalidad, dotarse de liquidez vía crédito, percibir ingresos y suprimir el “costo de transacción” parcial o totalmente.
a.- La reproducción del capital (acumulación) determina el proceso.
b.- El capital (las empresas) compite al interior del mercado (mercado oligopólico).
c.- Sostener la competencia, se hace con calidad y precios.
d.- Reducir costos y mejorar la calidad se consigue con tecnología (plusvalía relativa); en el primer caso: o mediante la reducción de salarios (plusvalía absoluta).
e.- El costo salarial se reduce (y se mejora la calidad) con el modelo de “comercialización” “agricultura bajo contrato” (explotación camuflada): el capital se inhibe de incurrir en costos de uso de suelo, en los instrumentos de producción, en seguros y otros beneficios de ley, los cuales los pasa al agroproductor; evita también asumir gastos de administración, se exime de manejar a sus trabajadores con mecanismos de reingeniería mental e impone reglas para alcanzar estándares.
f.- El productor se vuelve simplemente trabajador en su propia “empresa”: elabora un producto, que desde un inicio no le pertenece; se aliena de todos modos, en la medida en que el nuevo esquema de relaciones económicas le excluye de su participación en el mercado, o sea, de los patrones clásicos de articulación secundaria al conjunto social como agente institucional del mercado: cultivo-comercialización, comercialización individual, comercialización asociativa.
Para que la estrategia fuese de “proletarización” (el trabajo como mercancía), el empresario debería mantener la tierra como propiedad suya de forma monopólica, efecto del éxito de la presión sobre el campesino para desprenderse de sus predios (la maniobra para abaratar costos no es proletarizar al campesino, sino mantenerlo como propietario de medios de producción a fin de fetichizar [traslación soterrada de costos] el proceso de exacción de plusvalor)[26]. Si fuese de comercialización, en cambio, el productor debería actuar en el mercado en la adquisición de materias primas, en la oferta de su producto, en la formación de los precios; en los hechos, el campesino recibe el crédito en especie y entrega el producto al final del proceso. No obstante, las modalidades derivadas de la “agricultura bajo contrato” y ella misma en circunstancias específicas, se hallan insertas en relaciones mercantiles.
“Agricultura bajo contrato”: totalidad estructurada sustentante del sistema de replicación de clase en zonas rurales y ramas de actividad; conformación imbricada asimétrica de reproducción del capital y de sobrevivencia campesina; modalidad mixta de economía campesino-empresarial: el primer polo constituye fuerza de trabajo, que moviliza medios de producción propios, gestiona el proceso de acuerdo a reglas establecidas de modo exógeno, produce bienes intermedios para la agroindustria y/o para la comercialización, por adeudo; el segundo provee los “insumos” para la producción agrícola en forma de crédito, desempeña el papel de agente de intermediación como “demandante” y oferente, y asegura el flujo de materias primas para su negocio, capta valor y regula la cadena (Es una situación de transición, de complexión mixta; puede ser vista ora como forma de reproducción precapitalista, ora como típicamente capitalista, salarial, proletaria. El frente que dirime es la estructura englobante en la cual se halla subsumido: mecanismo de valorización sui géneris).
La ley que rige el fenómeno: para mantenerse en el mercado (acercarse a la tasa media de ganancia), las empresas se nivelan con la tecnología; en esta rama, estas empresas lo hacen reduciendo el costos (y mejorando la calidad) vía “agricultura bajo contrato” (ahorro de capital constante y variable). La determinación de movimiento (ley de la dinámica), en la que se inserta y realiza la regularidad es: mientras más crítica se vuelve la sobrevivencia empresarial en el mercado (por la crisis de valorización –bloqueo en la conversión de la plusvalía real en monetaria [sobreproducción relativa, déficit de demanda efectiva]) más explosiva se vuelve su creatividad, la que se concreta en maniobras conducentes a mejorar su posición competitiva, dada su inserción subordinada en el sistema mundial de reproducción capitalista: a dicha determinación responden las nuevas modalidades de extracción de plusvalor y, consecuentemente: la instauración (y sus diversas derivaciones) de la peculiaridad “agricultura bajo contrato”. Y, la norma de la perspectiva es la relativa a la asunción de una nueva modalidad de ser, a través de la concreción de know-how, que la maniobra de benchmarkig aplica el producto endógeno.
[26] Esta formulación difiere de aquella que sostiene que la “agricultura bajo contrato” es una modalidad de conversión de campesinos en proletarios (son los casos de Vergopoulos, Dufumier, Chiriboga, et al).
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.
CONCLUSIONES[1].
– El sistema de acumulación moderno en el agro ecuatoriano se produce a través de tres vías de subsunción: 1) real (proletarización), 2) formal (relaciones de mercado, mercantiles simples, producción no transable) y 3) mixta (real/comercial): la “producción bajo contrato”.
– La “agricultura bajo contrato” (producción por encargo), no es un proceso de proletarización (se proyecta, más bien, a ser una forma propia de gobernanza), es de superación en conjunto de la “lógica” campesina y de la empresarial clásica;
– La “agricultura bajo contrato” es una modalidad de relacionamiento productivo, que mantiene al campesino como productor (“trabajo alienado”);
– La “agricultura bajo contrato” demuestra, que paradójicamente para acceder al mercado de trabajo (autotrabajo), en el agro es necesario disponer de medios de producción;
– La “agricultura bajo contrato” es el embrión de la conversión del campesino en empresario asociado (descampesinización y no proletarización);
– La “agricultura bajo contrato” es un proceso de obtención de crédito para poder trabajar en la propia finca produciendo un bien por encargo, alternativo al crédito estatal, al bancario, al informal;
– La “agricultura bajo contrato” es una forma de financiamiento disyuntivo al crédito, al accionariado y a la titularización de activos;
– En la “agricultura bajo contrato”, opera, más que el capital comercial, el financiero;
– La “agricultura bajo contrato” típica, está aparte del proceso de comercialización (pero las derivaciones del modelo clásico se hallan inmersos en relaciones de intercambio): el productor recibe un crédito en especie, produce una materia prima que la entrega al empresario acreedor como servicio de su deuda (no es demandante de insumos ni oferente de su producto);
– La “agricultura bajo contrato” es una forma de relación en la que se extrae plusvalor, no plusvalía;
– La “agricultura bajo contrato” es el antecedente “de socialismo del siglo XXI”: fusión de propietario y trabajador (trabajador propietario) en la misma persona del antiguo campesino (economía empresarial, popular, solidaria); y,
– La “agricultura bajo contrato” es un proceso en transición civilizatorio con apoyo del Estado, puesto que los agroproductores del estrato económico en cuestión no pueden superar por sí solos fricciones de competencia y rentabilidad (Programa nacional de negocios inclusivos rurales).
– Un nuevo sujeto histórico está espontáneamente emergiendo: el neoempresario, esto es, el trabajador-productor, que se asocia para dar lugar a la escala económica suficiente para operar como empresa, lo cual le obliga a asumir varios o la totalidad de los procesos de la cadena, poniendo especial interés en el proceso de comercialización, el cual sigue siendo el principal “cuello de botella”.
– El nuevo proceso en ciernes (apertura, multiplicación, pervivencia y transformación futura del sistema “agricultura bajo contrato”), es de orden natural; la propuesta para que cuaje necesita adecuada aprehensión subjetiva del movimiento de los hechos (prospectiva) en el que ella se inscribe. – La iniciativa de apoyo externo al proceso enfrenta una limitación, si se lo piensa en términos de modelo dinámico: cómo otorgar sustentabilidad al proyecto en su desempeño en el mercado, al tener que competir con empresas especializadas, grandes y con poder de negociación.
– El proceso de “acumulación primitiva” (capital semilla) puede darse a través de la asociatividad; el de “acumulación ampliada” se vuelve crítico sin subsidio constante (el caso de “Salinas de Bolívar”, es ilustrativo); el Estado debe intervenir, mientras que el valor que se acumule ha de proceder de la autoexplotación del trabajo de los “propietarios trabajadores” en condiciones de venta de productos a igual precio, pero que tienen mayor valor.
[1] Aseveraciones sujetas a discusión.
RECOMENDACIONES.
La ciencia y la técnica son la determinación actual y futura del movimiento humano (y las mismas lo desarrollan y controlan el poder mundial); ningún pueblo puede avanzar fuera de ella, por tanto, debe integrarse de modo estratégico al funcionamiento del mundo; mayores grados de maniobra (libertad, autonomía, soberanía) alcanza un pueblo cuando domina el know-how moderno (un subconjunto humano puede realizar su vida, sólo si ha hecho para sí la capacidad de reificar; incluso si lo pierde todo, puede volver a hacerlo todo de nuevo –dixit Dr. A. Castillo B.): el saber hacer mediante el cual abastece su vida y desarrolla su subjetividad, vuelve práctico su deseo: alcanzar la justicia, la equidad, el ethos racional.
Los empresarios ven su interés; los defensores de la “economía campesina” hacen lo propio; pero el hecho en el que participa la “agricultura bajo contrato” es un todo, que se encamina (a espaladas de la conciencia) a producir una nueva síntesis. El futuro mediato es la economía pequeño empresarial solidaria[28]. Es dentro de esta perspectiva que tiene sentido el programa de lineamientos que sigue (mientras la historia hace lo suyo), el cual vertebra al Estado, al empresariado, a los agroproductores.
La propuesta consiste en apoyar el deseo de los campesinos, en la tendencia: avanzar al status de empresarios, que asuman segmentos (maíz, brócoli) o toda la cadena económica (leche). La misma, no es simple “buena intención”, pues, se inscribe en la corriente de los hechos; en efecto, si es posible plantearse lineamientos modeladores de la realidad, es por cuanto ella misma es quién induce se piensen acciones en coherencia, que se los diseñe y aplique como necesidad “para sí”[29].
Objetivo: Organizar funcionalmente al sistema; asegurar la producción de materia prima, de trabajo y de desarrollo (mejorar la participación en él, de productores y asalariados, y conseguir asignaciones adecuadas).
Visión: A corto plazo: (coadyuvar en) transformar al campesino inserto en relaciones “bajo contrato”, en productor autónomo.
A mediato plazo: que el productor asuma tres de las cuatro secciones de la cadena: producción de la materia prima, transformación y comercialización.
De largo plazo: formación del sistema empresarial solidario.
Esbozo de medidas:
1.- Apoyo agrícola: tecnológica (modernización, manejo de recursos, paquete tecnológico, rotación de cultivos).
2.- Asistencia macroeconómica[30] sectorial: encadenamiento productivo, cambio de la matriz productiva (política en curso), competitividad sistémica (estrategia en ciernes).
[28] Solidaria: consenso para bloquear la emergencia del monopolio, la diferenciación social, para promover la evolución ordenada de la economía, de la vida en colectivo como productores que operan en el mercado y que realizan su objetivo fuera de él.
[29] Toda propuesta afronta el límite de la viabilidad (el cómo: la estrategia). En el presente caso el capital ya no puede explotar a discreción; tampoco es posible recuperar, reimplantar formas de reproducción humana que fueron: poner al futuro a merced del pasado; los hechos se van “por sí solos”.
[30] En el esbozo de propuesta se aplica el enfoque de política económica y no únicamente de política pública, en virtud de que la concepción del modelo es mixta: economía empresarial solidaria: la “doctrina social de la empresa” no avanza hacia la solidaridad, mientras que los agroproductores necesitan de la programación técnico-económica.
3.- Acción social (pública; diferenciada, pues, el sector campesino es heterogéneo): sistema economías popular solidaria, popular y empresarial (programa en desarrollo).
4.- Incentivo organizacional: negocios inclusivos (formación de corporaciones –en despliegue).
5.- Medidas comerciales: bandas de precios, formación de precios según costo real de producción (suprimir las importaciones; en el caso del maíz: de ser necesario, la medida debe dejar de ser prerrogativa del empresariado).
5.- Capacitación: tecnológica, contable, organizacional, en gestión.
6.- Apalancamiento financiero: cajas de crédito.
7.- Política de gestión: gerencia estratégica empresarial y social, calidad; reinversión del excedente.
BIBLIOGRAFÍA.
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2.- Cando, Carlos y Román, Paola. Agricultura bajo contrato. Estudio de caso del Brócoli. Entre la empresa de productores campesinos Huertos Gatazo Zambrano HGZ, Chimborazo e IQF Agroindustrial S.A.; Quito, 2008.
3.- Chiriboga, M. Mecanismos de articulación de pequeños productores rurales a empresas privadas; SNV-INTERPORATION, Quito, 2007.
4.- Dussel, Enrique. 16 tesis sobre economía.
5.- De Janvry, A. y Glikman, P. Encadenamientos de producción en la economía campesina en el Ecuador; FIDA/IICA, Quito, 1991.
6.- Dufumier, Marc. La agricultura bajo contrato: ¿nuevo mecanismo de proletarización de los productores campesinos?
7.- Equipos de investigación SIPAE y FMLGT. Desarrollo de la Agricultura Bajo Contrato en el norte de la provincia del Guayas: estudio de caso maicero en los cantones Balzar y Empalme; Quito, 2008.
8.- Foucault, Michel………
9.- León X, Yumbla M. El agronegocio en el Ecuador, el caso del maíz y la empresa PRONACA; IICD/Acción Ecológica, Quito, 2010.
10.- Porter, M. Cinco fuerzas.
11.- Shaihk, Anwar. Valor, acumulación y crisis.
12.- Schejtman, A. Agroindustria y pequeña agricultura: experiencias y opciones de transformación; CEPAL/FAO/GTZ, 1998.
13.- Verdesoto, Galo. La tendencia coadyuvante en la agricultura; UCE-FCA, Quito, 1987.
14.- Yumbla, M. Encadenamiento agroalimentario: ¿Solución sustentable de desarrollo rural o consolidación del poder agroindustrial?; FLACSO, Quito, 2011.
15.- Zamora, M. La rápida expansión de los supermercados en Ecuador y sus efectos sobre las cadenas de lácteos y papas; Regoverning Markets, 2004.
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