Alejandro Alfredo Aguirre-Flores, CEO-EñengiEdublog
Universidad Central del Ecuador
2019
Cuando se habla de Luis Pasteur, se habla en definitiva, de una de las mentes más brillantes que tuvo la humanidad en el siglo diecinueve; la literatura entorno a este magnífico científico es abundante dada la importancia de sus estudios entorno a ciencia. El presente artículo tiene por fin resaltar la obra de Pasteur como una contribución académica a favor de los estudiantes de las distintas áreas de la salud y alimentación, bienvenidos.
En primera instancia el perfeccionamiento del microscopio compuesto hizo posible el nacimiento de la microbiología descriptiva, como parte de la Historia Natural, sin embargo el nacimiento de la microbiología como una ciencia experimental sólo fue posible cuando se logró relacionar a los microorganismos con los distintos fenómenos naturales, muchos de estos fenómenos o procesos son trascendentales en el desarrollo humano, animal e inclusive vegetal; como las fermentaciones y las enfermedades; tras evidenciarse que los microorganismos eran causa y no consecuencia de dichos fenómenos.
Luis Pasteur jugó un papel fundamental en el desarrollo de esta naciente ciencia, puesto que sus investigaciones y experimentos permitieron definir claramente los procesos naturales como las fermentaciones, putrefacción y diversas enfermedades de los seres humanos y animales como procesos típicos microbianos.
Según menciona Norberto J. Palleroni (1970), la obra de Pasteur tuvo el mérito de dar un «golpe de gracia» con un poderoso argumento que destrozó la idea de la generación espontánea, misma que sustentada en viejas creencias no científicas o pseudocientíficas defendía como cierto que la vida compleja se generaba a partir de la materia inerte (orgánica o inorgánica) casi como si se tratara de un acto de magia. Dicha creencia popular se fundamentaba en el hecho de que la vida surgía de cúmulos de materia por ejemplo: el hecho de que los rayos del sol incidan sobre los granos de trigo o maíz ; la misma ropa sucia, según el clérigo Johann Baptista Van Helmont, de origen belga (1667), generarían de manera espontánea vida en forma de ratas o insectos y aunque que suene descabellada esta idea en la actualidad, la teoría de la generación espontánea fue considerada como cierta hasta finales del siglo XVIII, esta teoría fue descrita por ARISTÓTELES y su escuela filosófica en la antigua Grecia.
Y aunque la teoría de la generación espontánea tuvo varias formas a través de los tiempos, no fue sino hasta el siglo XIX que su debate dio lugar a una gran polémica sobre su veracidad, hoy es sabido que los alimentos al entrar en un proceso de putrefacción y al someterlo a análisis microscópico, se encuentra que está repleto de bacterias y hongos que se encargan de su degradación, por lo tanto mantener a los alimentos envasados prácticamente por un tiempo indefinido sin que se pudran o fermenten es posible, gracias a las investigaciones de Pasteur que corroboran que dicho alimento al ser sometido a un shock térmico, calentamiento o enfriamiento y al envasarse herméticamente pueden ser conservados sin que éstos entren en procesos de descomposición por un tiempo prolongado.
Pasteur seguramente se preguntó ¿De dónde provienen estos seres minúsculos y que con frecuencia no se ven en el alimento fresco?
Pues bien, este brillante químico francés primero demostró que en el aire existían estructuras que se parecían mucho a los microorganismos que observó en la materia en descomposición. Según Madigan M., Martinko J., & Parker Jack (2004), Pasteur descubrió que el aire normal contiene de manera continua una amplia diversidad de células microbianas intangibles mismas que se encuentran en materias en descomposición. De forma análoga estas células microbianas se encuentran adheridas a superficies, utensilios y prácticamente a todo que les sea un medio de proliferación. Pasteur concluyó que los organismos encontrados en materias en descomposición se originaban a partir de las células presentes en el medio ambiente (aire) para finalmente postular que estas células se depositan constantemente sobre todos los objetos. Si sus conclusiones eran correctas, un alimento «tratado» no debía estropearse de tal modo que debía existir alguna manera de destruir los microorganismos que contaminasen el alimento en su superficie.
Pasteur y su experimento del matraz cuello de cisne
Para dicho golpe de gracia Pasteur descubrió que el calor era capaz de eliminar los contaminantes pues destruía con efectividad los organismos vivos, sin embargo, esto no es un dato que se le atribuya únicamente a Pasteur, de hecho, ya varios investigadores habían descubierto que, si una solución de nutrientes se introducía en un matraz de vidrio y este se sellaba llevándose posteriormente a ebullición, este nunca se descomponía mientras se mantuviera cerrado. A sus ideas no le faltaron detractores que defendían la generación espontánea y sostenían que ésta requería aire fresco para que se originara de modo que el aire encerrado dentro del matraz sufría cambios durante su calentamiento, lo que para sus detractores, explicaría el por qué no se originaría vida en esas condiciones; superadas las objeciones y sin prestar mucha atención a sus detractores, Pasteur se aventuró a la construcción de un matraz muy singular al que llamaría matraz «cuello de cisne», mismo que se designa también como el matraz de Pasteur.
Pasteur colocó las soluciones nutritivas en su interior, allí las llevó a ebullición, luego cuando el matraz se equilibraba con la temperatura ambiente, el aire podía ingresar de nuevo, pero la curvatura de éste material de laboratorio evitaba que los microorganismos alcanzasen el interior donde se encontraba el caldo nutritivo, de esta manera, el material o sustancia ahora esterilizada en el recipiente no se descomponía y no aparecían microorganismos, siempre y cuando el cuello del matraz no hiciera contacto entre los microorganismos y el caldo nutritivo estéril. Sin embargo, bastaba con que el matraz se inclinara lo suficiente como para que el líquido estéril contactara con el cuello para que ocurriera la putrefacción llenándose así el contenido de microorganismos.
Este sencillo experimento fue suficiente para aclarar definitivamente la controversia que se venía dando por la teoría equívoca de la generación espontánea; haciendo que sus publicaciones alcanzaran el interés de médicos en toda Francia que no entendían por qué después de que un paciente salía con éxito de una intervención quirúrgica, en muchos casos moría por gangrena. Pasteur con su experimento estaba conceptualizando la idea de que los microorganismos eran omnipresentes y que al dejar una herida expuesta al ambiente, era muy probable que se convirtiera en medio de cultivo como lo que demostró con su matraz, lo que era el origen de la gangrena que ocasionaba la muerte en los pacientes.
LA OBRA DE PASTEUR
Eliminar todos los microorganismos de un determinado objeto, es un concepto que en la actualidad denominamos esterilización, en el presente y gracias a Pasteur la calidad de vida ha mejorado considerablemente en comunidades que consumen productos inocuos, procedimientos como el «pasteurizar» en lácteos y jugos han permitido el control de enfermedades como brucelosis entre otras infecciones.
Finalmente, Louis Pasteur no solo se dedicó a investigar a los microorganismos, si bien es cierto que la mayor parte de su tiempo lo invirtió en investigaciones sobre bacterias, hongos y virus; describió también el proceso adecuado de la pasteurización en 1862. Con este método, los líquidos como la leche son calentados a una temperatura entre los 60 y los 100 grados Celsius y con esto se eliminan los microorganismos que causan que se echen a perder. La pasteurización se utilizó por primera vez en las industrias de vino francesas para salvarlas del problema de la contaminación y luego de esto se trasladó a otras bebidas como la leche y la cerveza.
Demostró que la denominada fermentación era un proceso provocado por microorganismos, puesto que descubrió que ciertas levaduras presentes principalmente en cerveza y vino, éstos eran agentes fermentadores de las bebidas alcohólicas al producir ácido láctico como producto de su metabolismo, dando de esta manera un factor importante en la producción de bebidas espirituosas en la Europa de aquel entonces.
Entre uno de los datos poco conocidos de Pasteur es que básicamente salvo la industria de la seda en toda Europa, esto lo realizó mientras se encontraba en la elaboración de su «Teoría de los Gérmenes». Descubrió que la pebrina era una enfermedad ocasionada por un gusano microscópico denominado Nosema bombycis, afectando gravemente la salud del gusano que era empleado en la producción textil de seda, esto ocasionó la quiebra de muchas industrias de seda en Europa y que se comenzaba a expandir con gran velocidad de región en región, tras elaborarse un método, desarrollado por Pasteur, se pudo ir erradicando la enfermedad y recuperando la producción normal de sedas finas.
En 1879, Pasteur desarrolló la vacuna veterinaria para curar el cólera en pollos. Los animales inoculados contrajeron la enfermedad, pero se volvieron resistentes al virus. A este hito le sucedieron nuevas vacunas desarrolladas por él para tratar otras enfermedades como la tuberculosis, ántrax y sarampión.
El ántrax, fue la mayor causa de muerte de animales de pastoreo y corral de la época, así como también causa ocasional de la muerte de seres humanos, el desarrollo de una vacuna en contra de esta bacteria produjo una caída dramática en el rango de infecciones, como antecedente, el doctor alemán Robert Koch ya había encontrado la bacteria que causaba el mal; Pasteur anunció que había descubierto la vacuna e inmunizó con éxito 31 animales. Determinó con sus estudios que la temperatura era un factor importante para el control microbiano. Sus investigaciones con gallinas infectadas de fiebre esplénica por ántrax, que se mantenían inmunes a la enfermedad, pudieron exponer que la bacteria que producía ántrax no era capaz de sobrevivir en el torrente sanguíneo de las gallinas. El motivo era que su sangre está a 4 grados Celsius sobre la temperatura de la sangre de los mamíferos como vacas y cerdos.
A diferencia de lo que muchos pueden creer sobre Pasteur, también fue profesor de física, es así que en 1849, cuando ejerció esta profesión en la escuela de Tournon, decidió estudiar a fondo la geometría de los cristales de diversas sales y la manera en que la luz incide sobre ellos, para ello estudio cristales de sales formadas por ácido tartárico mismos que polarizaban la luz de manera distinta, descubriendo así que, los cristales eran asimétricos en el caso del tartárico lo que permitió comprender de mejor manera la geometría molecular en la química y física.
En 1857, mientras estudiaba los procesos fermentativos, principalmente el del ácido butírico, descubrió que la fermentación puede detenerse a través del paso de aire en el fluido fermentado. Esto lo llevó a concluir la presencia de una forma de vida que podía existir aún en ausencia del oxígeno. Esto llevó al establecimiento de los conceptos de vida aeróbica (con oxígeno) y anaeróbica (sin oxígeno). El proceso de inhibir la fermentación a través del oxígeno es conocido como el Efecto Pasteur, este descubrimiento definía la anaerobiosis.
Uno de los datos más importantes de Pasteur fue el descubrimiento y creación de la vacuna contra la rabia. En 1880 concentró su atención en esta enfermedad mortal con síntomas horribles, causante de una muerte lenta y dolorosa. Pasteur había ensayado una vacuna en perros, pero le preocupaba hacerlo en humanos. Se enfrentó a ese dilema con el entonces niño Joseph Meister, al que lo había mordido un animal rabioso. No estaba seguro de que Joseph desarrollaría la versión humana de la rabia, pero ensayó el tratamiento de todas maneras y finalmente Joseph sobrevivió.
Sustentado en los resultados de su experimento con el matraz validó su «Teoría de los Gérmenes», con lo que aclaró un gran dilema filosófico sobre el origen de la vida. Los resultados que obtuvo el joven Meister hacen que la demanda crezca desmesuradamente en toda Europa y encamina a Pasteur hacia la erradicación de otras enfermedades como la difteria inoculando a dos de sus ayudantes (Emile Roux y Alexandre Yersin) y luego volviéndolos inmunes. En la actualidad, la lucha contra la difteria es una de las más exitosas desde el punto de vista médico puesto que alrededor del 85% de los niños de todo el mundo son inmunizados.
Esta demanda por vacunas hizo necesaria la creación de un centro de investigaciones que lo fundó Pasteur en 1887 y que lleva su mismo nombre actualmente. Hoy es uno de los principales centros de investigación en Europa, con más de 100 unidades de investigación, 500 científicos permanentes y aproximadamente 2700 personas que trabajan en este campo. Los logros del Instituto Pasteur son un mayor entendimiento de afecciones de origen infeccioso, y ha importantes contribuciones en el ámbito de tratamientos, prevención y curas de enfermedades infecciosas que existen hasta hoy como la difteria, fiebre tifoidea, tuberculosis entre otras.
Finalmente, Pasteur continuó dirigiendo el Instituto en París, pero su salud se fue deteriorando. Tras otro derrame, su parálisis empeoró. Murió 28 de septiembre de 1895 a los 72 años y Francia lo trató como un héroe nacional. Fue enterrado en la catedral de Notre-Dame. siendo uno de los científicos de mayor relevancia en la historia humana. Es así como cada 28 de septiembre se conmemora el Día Mundial contra la Rabia. Existen otros datos curiosos como la existencia de más de 2020 calles en Francia nombradas en su honor, la existencia de un Cráter con su apellido en Marte como homenaje de la Unión Astronómica Internacional en 1973, además de otro cráter en la Luna y un asteroide.
REFERENCIAS:
- Norberto J. Palleroni.(1970). Principios Generales de Microbiología. Departamento de Bacteriología e Inmunología de la Universidad de California (Estados Unidos). Programa Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico. Departamento de Asuntos Científicos. Secretaría General de la Organización de Estados Americanos. Washington, D.C. pp. 2-3.
- Madigan M., Martinko J., & Parker Jack (2004). Brock Biología de los Microorganismos. Pasteur y el fin de la generación espontánea. 10º Edición. Pearsons Prentice Hall. Madrid-España. pp. 10-12.
Francia : 5 Francs 1966 ( Louis Pasteur ) SC-
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