¿Qué es investigación, desarrollo e innovación tecnológica y cuál su papel en la resolución de problemas en la actividad agrícola?

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El progreso científico y tecnológico que día a día genera nuevos aportes al conocimiento humano es producto de la asimilación espiritual que realiza el ser humano del entorno que le rodea, esto es posible dada la capacidad del ser humano para reflejar la realidad a través del conocimiento que obtiene de ella, esto permite reproducirla en su pensamiento y formar las imágenes correspondientes (Hernández & Coello, 2011). La investigación hace referencia a un proceso sistemático de búsqueda o indagación de manera minuciosa acerca de un objeto o fenómeno (Cerda, 2011). Se puede dividir a la investigación en dos tipos: investigación pura, la cual se enfoca en el descubrimiento de los fenómenos naturales, sociales y filosóficos. La investigación pura se subdivide, a su vez, en otros tipos de investigación. También está la investigación aplicada, la cual se dirige a la resolución de problemas de las actividades humanas (Nicomedes & Nieto, 2018). En definitiva, la investigación es un proceso de descubrimiento de nuevo conocimiento, en este contexto, la investigación científica en los diferentes campos de las ciencias, es un pilar fundamental porque contribuye a la calidad de vida y bienestar de las personas, en la formación de nuevos profesionales y en el desarrollo de los profesionales que se encaminan hacia la investigación (Delgado, 2021). Las funciones de generación, difusión y uso de conocimiento y tecnología en los sistemas de innovación están asociadas a las capacidades tecnológicas para la innovación (TICs, por su sigla en inglés), las cuales juegan un papel fundamental en el desempeño innovador de los sistemas de conocimiento e innovación agrícola (AKIS, por su sigla en inglés) (Quintero et al., 2021).
El conocimiento se ha convertido en un factor fundamental para aumentar la competitividad de las organizaciones, motivo por el cual es de gran importancia fomentar la cultura del conocimiento que permita gestionar de forma eficaz la innovación y el cambio técnico que envuelve a la sociedad actual en un proceso de evolución y progreso, orientada a la búsqueda del bienestar y la satisfacción de necesidades tanto fundamentales como caprichosas y circunstanciales. La creación de medios que permitan la difusión del conocimiento y el avance tecnológico que genera la comunidad investigadora es importante en la transferencia de tecnología, la cual forma parte vital en el desarrollo económico y social de un país. El nuevo conocimiento desencadena innovaciones que constituyen el fundamento del cambio tecnológico a nivel mundial. Las ideas o las innovaciones producidas en un lugar y en una época concretos están en relación con el nivel de conocimientos acumulados en dicho punto hasta ese instante. Las innovaciones culturales, científicas o tecnológicas producidas por la comunidad de intelectuales o científicos de una ciudad concreta podrían ser explicadas por los conocimientos a los que esta comunidad tuvo acceso. En el ámbito del estudio de la génesis de la innovación es básico el conocimiento de los libros y revistas a que tuvieron acceso los innovadores y, también, el de las materias que se impartieron en los estudios que cursaron (Algaba, 2000).
Por otro lado, la innovación se ha convertido en un término de uso cada vez más frecuente en diferentes ámbitos a lo largo de estos años. La innovación tecnológica se refiere a la aplicación del conocimiento en diferentes áreas de interés para el ser humano, una innovación no se desarrolla de manera directa, se trata de un proceso complejo que parte desde una idea hasta llegar al punto en el que esta idea es procesada por medio de los recursos en conocimiento, técnicas y herramientas, lo cual da lugar a una innovación tecnológica (Figueroa, 2015). Ahora, explicados estos conceptos, dentro del ámbito agrícola, el papel que cumple la investigación es el de obtener nuevos conocimientos sobre las especies agrícolas de interés o de especies poco conocidas, nuevas técnicas de irrigación o nuevas moléculas para el control de plagas, por solo poner algunos ejemplos. La innovación tecnológica cumple el rol de utilizar las diferentes herramientas y técnicas para adaptar nuevas ideas o ideas ya creadas, a los problemas que presentan los modelos agrícolas actuales, lo que genera una tecnología novedosa que se podría implementar en el ámbito agrícola a nivel mundial (Ramírez et al., 2015). La idea de que un esfuerzo de innovación continuo entendido como la capacidad de generar e incorporar conocimientos para dar soluciones a los problemas del presente resulta hoy un factor clave para mejorar la competitividad y productividad de las empresas, y con ello generar crecimiento al desarrollo de un país (Gálvez & Herrera, 2020). El Manual de Oslo señala que una innovación es un producto o proceso nuevo o mejorado (o una combinación de estos) que difiere significativamente de los productos o procesos anteriores de la unidad y que ha sido puesto a disposición de los usuarios potenciales (producto) o puesto en uso por la unidad (proceso) (OECD, 2005).
Al considerar la investigación científica y tecnológica además de la innovación como motores del desarrollo humano, social y económico, propone fomentar la apropiación social de las ciencias, las tecnologías y los conocimientos; promover el desarrollo tecnológico, la investigación científica responsable y la construcción de redes de conocimiento interinstitucionales; desarrollar ecosistemas de innovación sociotécnica; y potenciar los procesos de formación continua a nivel de posgrados orientados a la investigación científica y tecnológica e impulsar programas de especialización y maestrías, doctorados y posdoctorados (IESALC-UNESCO, 2018 como se cita en León Díaz et al., 2021) .
Se parte del enfoque amplio de sistemas de innovación y el papel que en dichos sistemas corresponde a la educación superior como actor clave de los procesos de producción, difusión y uso de conocimientos relevantes para el desarrollo sostenible. Este enfoque subraya que, además de las actividades de investigación, desarrollo e innovación, la educación superior contribuye al sistema de ciencia, tecnología e innovación (SCTI) a través de actividades diversas como la formación de potencial humano, procesos de capacitación, asesoramiento científico a gobiernos y empresas, el desarrollo local, entre otras (León Díaz et al., 2021).
La política de ciencia, tecnología e innovación (CTI) ha experimentado avances sustanciales en los últimos cinco años. Se ha aumentado financiamiento, se han puesto en ejecución nuevos instrumentos de política, se ha fortalecido la institucionalidad del sector y, como resultado, se ha logrado una dinamización del sistema de innovación a nivel de Latinoamérica principalmente. Este dinamismo se refleja en el aumento de la investigación académica de las universidades, así como se percibe una mayor actividad por parte de las empresas. Sin embargo, todos estos esfuerzos son todavía insuficientes para cerrar las brechas que tenemos en los principales indicadores de CTI con respecto a otros países de la región y del mundo (Kuramoto, 2017).
Las políticas públicas en México tienen cambios constantes. Cada sexenio los gobiernos tratan de impulsar leyes o reglamentos acorde a su ideología. Respecto a esto, la normativa que interviene con la ciencia y el desarrollo tecnológico, en las instituciones públicas, no es una excepción a este suceso. En 1930, aparece por primera vez un ente que buscaba la finalidad de congregar a las instituciones encargadas de los procesos de I+D en el país. Este primer ensayo para lograr la concentración del capital científico del país fue la Academia Nacional de Ciencias (Mariaca, 2003). En 1935, y con el objetivo de lograr la vinculación entre las Instituciones de Educación Superior (IES) con el sector científico del país, las cuales actuaban sin coordinación, se instituyo el Consejo de Educación Superior e Investigación Científica, aunque con grandes carencias, debido a la imprecisión que existía en el conocimiento y desarrollo de sus funciones (Pacheco Méndez, 1993; Rodríguez & Morgan, 2021).
La creciente necesidad de sumar esfuerzos en los distintos proyectos sociales; la imperiosa atingencia de colaborar para elevar el bienestar social, la sustentabilidad ambiental y la economía, hacen que la innovación sea un factor determinante en el desarrollo integral de la sociedad (Herrera Tapia & Suárez Rincón, 2021). Al concepto de innovación se le han dado múltiples definiciones, asociándose con novedad, cambio, proceso, conocimiento y generación de valor. Así, partiendo de una definición amplia, la innovación se refiere a la introducción de un producto, proceso, método comercial u organizativo, ya sea nuevo o significativamente mejorado, para la empresa que lo adopta (Herrera Tapia & Suárez Rincón, 2021; OECD, 2005).
La investigación agropecuaria ha desempeñado un papel fundamental en la seguridad alimentaria y en el desarrollo agrícola al elevar la producción de la agricultura para alimentar a una población en rápido crecimiento. Un programa de investigación agropecuaria cuidadosamente preparado para la seguridad alimentaria en su más amplio sentido, con el apoyo decidido de todos los países en desarrollo e industrializados, de los sectores público y privado, es uno de los mejores medios que la humanidad puede forjar para alcanzar la seguridad alimentaria en los próximos dos o tres decenios (FAO, 1996). La Investigación juega un papel crucial para mitigar la problemática de una agricultura ineficiente, ofreciendo tecnologías que atiendan sus falencias, mediante el estudio y generación de alternativas de producción desarrollados con un enfoque participativo; es decir, el involucramiento del criterio del productor; esas tecnologías también fomentan el uso racional de los recursos disponibles o amigables con el ambiente, y el rescate de los saberes ancestrales y la biodiversidad (Domínguez et al., 2017).
En un estudio realizado en Perú se concluye que a partir del análisis de los resultados del modelo de probabilidad del uso de las innovaciones tecnológicas, se determinó que, durante el periodo del 2018, la probabilidad de que un productor use las innovaciones tecnologías en promedio es de 46.54 % (Diaz Miranda, 2021), por las características de I+D+I de los países latinoamericanos se puede concluir que no están lejos de la realidad presentada en esta investigación.
La investigación ha sufrido notables transformaciones en los últimos tiempos. Para observar y comprender adecuadamente su realidad, es preciso analizar, por ejemplo, las diferencias evidentes que existen entre la investigación financiada con fondos públicos y la que recibe fondos privados, o entre la realizada en el mundo académico y la que abordan las empresas o instituciones. Cada una de estas situaciones genera compromisos sociales distintos, y también, problemas éticos, legales, políticos, económicos diferentes. Esto exige un cuidadoso análisis para no dejarnos llevar por simplificaciones que pudieran hacernos concluir ingenuamente que el investigador se puede situar al margen de la matriz de intereses y valores en que se inscribe su trabajo. Y también nos obliga a la consideración de las múltiples facetas que se entrecruzan en la determinación de la adecuación y viabilidad de los medios empleados en la búsqueda de fines, cuya legitimidad y validez también ha de ser mostrada (Fernández et al., 2016).
Por eso es necesario sustituir el modelo lineal por otro que tiene en consideración algunos aspectos básicos, como que la investigación básica buena, con ser importante y necesaria, no garantiza por sí sola una transferencia de los conocimientos a la tecnología; que los investigadores deben recibir estímulos no sólo económicos sino también en forma de posibilidades de llegar a realizaciones interesantes o de un buen ambiente para el desarrollo de ideas, lo cual hace necesaria una interacción activa entre las universidades y las empresas para la realización de ideas comunes, tanto en el nivel nacional como internacional; y que es preciso un nivel alto y eficaz de educación, no solo en las ciencias, matemáticas, física, química, etc., sino también en las humanidades (Fernández et al., 2016).
Desarrollo
El desarrollo significa crecimiento, aumento, reforzamiento, progreso, desenvolvimiento o evolución de algo. Designa la acción y efecto de desarrollar o desarrollarse. El concepto de desarrollo hace referencia a un proceso en desenvolvimiento, sea que se trate de un asunto de orden físico, moral o intelectual, por lo cual se puede aplicar a una tarea, una persona, una sociedad, un país o cualquier otra cosa (Trejos & Largo, 2021). El desarrollo se entiende como el avance de los conocimientos que posee la humanidad acerca del mundo en el que vive y la aplicación del desarrollo de esos conocimientos en la calidad de vida del ser humano (Bertheau et al., 2011). El desarrollo no solo se limita a avances en tecnología e infraestructura, sino también se aplica a la calidad moral y en la convivencia entre personas dentro de un mismo territorio, denominado país o estado (Tartabull et al., 2015).
Desarrollo Económico
Como desarrollo económico se designa el crecimiento continuo y sostenido de la capacidad de un país o región para generar riqueza, así como para mantener e incrementar su capital financiero, todo lo cual se traduce en la posibilidad de ofrecer a sus ciudadanos óptimos niveles de prosperidad y bienestar. Las naciones del mundo, por lo general, persiguen el desarrollo económico como primer objetivo hacia un desarrollo integral (humano, social) de sus países, para lo cual, desde luego, es fundamental contar con una economía fuerte y próspera como base. En caso contrario, estaríamos hablando de países en situación de subdesarrollo (Beber & Rivera, 2020).
Desarrollo Sostenible o Sustentable
El desarrollo sustentable también está referido al desarrollo económico, pero hace énfasis en la administración responsable, eficaz y eficiente de los recursos naturales, por medio de una serie de políticas económicas ecológicas. El propósito del desarrollo sustentable es dar respuesta a las necesidades de las generaciones actuales sin que esto implique amenazar la calidad de vida y el futuro mismo de las siguientes generaciones. El desarrollo sostenible exige que se mejore la calidad de la vida de todas las personas del mundo sin que se incremente la utilización de nuestros recursos naturales más allá de las posibilidades del planeta. Aunque para lograr el desarrollo sostenible tal vez sea necesario adoptar diferentes medidas en cada una de las regiones del mundo, los esfuerzos por construir una forma de vida verdaderamente sostenible exigen la integración de la adopción de medidas en tres esferas fundamentales (ONU, 2002):
- Crecimiento económico y equidad – La vinculación entre los sistemas económicos del mundo de hoy exige la aplicación de un enfoque integrado con miras a fomentar un crecimiento responsable a largo plazo, velando por que ninguna nación o comunidad se quede rezagada.
- Conservación de los recursos naturales y el medio ambiente – A fin de preservar nuestro patrimonio ambiental y nuestros recursos naturales para las generaciones futuras, hay que elaborar soluciones económicamente viables para reducir el consumo de recursos, detener la contaminación y conservar los hábitats naturales.
- Desarrollo social – En todo el mundo, las personas necesitan empleos, alimentos, energía, atención de la salud, abastecimiento de agua y saneamiento. Al atender a esas necesidades, la comunidad internacional también tiene que velar por que se respete el rico tejido de la diversidad cultural y social, así como los derechos de los trabajadores con el objetivo de fomentar el papel de todos los miembros de la sociedad de manera que desempeñen un papel en la determinación de su futuro.
Se entiende por agricultura sustentable aquella que, en el largo plazo, contribuye a mejorar la calidad ambiental, satisface las necesidades básicas de fibra y alimentos humanos, es económicamente viable y mejora la calidad de vida del productor y la sociedad. Los recursos naturales se están agotando a una velocidad sin precedentes, debido en gran parte a las modalidades antieconómicas de producción y consumo en muchos países industrializados. Las prácticas insostenibles a menudo provocan contaminación, que amenaza no sólo a los ecosistemas locales, sino también al medio ambiente mundial. En vista de que nuestras poblaciones y economías seguirán creciendo, tenemos que mejorar considerablemente la eficacia en la utilización de los recursos y la energía (ONU, 2002).
Es indudable la relación que existe entre la investigación, el desarrollo y la innovación que a nivel de Estado, de universidades se establecen como políticas, como sistemas o modelos para su aplicación. En este siglo XXI, está probado que la apuesta por la sociedad del conocimiento o sociedades de la innovación, ha logrado sacar adelante las economías de los diversos países del orbe y, a su vez, ha conseguido elevar la calidad de vida de sus poblaciones. Esto significa que dichos Estados-nación apoyaron su toma de decisiones y la organización de sus economías en el conocimiento que produce la ciencia (Ferrera-Cerrato, 2007).
Referencias
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